Ya pasaron siete meses aprendiendo desde casa y todos debimos actualizar nuestros conocimientos, incorporar habilidades digitales y reinventarnos.
También la biblioteca del Hebreo que con mucha iniciativa y visión, logró acercarse a morim y talmidim a través de la pantalla, con nuevas ideas, plataformas y contenidos.
Muchos ya las conocen, pero para los que aún no, les contamos que nuestro colegio cuenta con dos bibliotecarias fuera de serie: ellas son Paloma Meneses y Pamela Messina. Y en este año tan desafiante, no sólo aprendieron a editar y a transmitir en vivo por redes sociales, sino que también se perfeccionaron en cómo hablar en cámara o en saber qué contenidos son los adecuados para generar mayor interacción con la comunidad digital.
Además, también organizaron un conversatorio con bibliotecarios de ocho colegios de Santiago (entre ellos el Craighhouse, San Benito, Santiago College y SEK).
Ha sido un espacio para compartir nuevas experiencias y soñar con las bibliotecas del futuro.
En esta entrevista que leerán a continuación, las morot nos cuentan cómo vivieron este proceso y los aprendizajes que ganaron gracias a la educación a distancia.
¿Cómo la pandemia aceleró proyectos que la biblioteca tenía en mente?
– Hace mucho tiempo que queríamos realizar fomento lector con todos los libros del plan lector de básica (460 libros), pero en un año normal esto es imposible ya que no nos da el tiempo para realizar el material y menos visitar o que nos visite cada uno de los cursos por nivel.
Sin duda, esta modalidad online nos ha permitido “visitar” cada uno de los niveles de básica y así dedicarle el tiempo necesario a este tipo de actividades.
¿Qué actividades en concreto desarrolló la biblioteca del IH en estos últimos meses?
– Al igual que el resto de los actores de la comunidad educativa, de un día a otro nos vimos insertos en un escenario desconocido y tuvimos que acelerar el proceso de adaptación y reinventarnos para mantener la continuidad operativa de la biblioteca. Lo primero que evalua-mos y analizamos fue la opción de “trasladar” nuestras prácticas a modo virtual. Aprendimos en tiempo récord programas de edición, estudiamos vía Youtube como grabar, cómo hablar a una cámara y varios detalles relacionados al oficio del trabajo online.
El resultado fue muy exitoso y en solo siete meses ya publicamos en las redes más de 100 cuentos/trailers/videos, sea en vivo o grabados.
Logro adicional en esta época fue el de poder trabajar en forma transversal en distintas asignaturas y con distintos niveles, desde Álef a IV Medio. No solo con cuenta cuentos o fomento lector, sino también interviniendo en sus clases vía Zoom. A raíz de la experiencia acumulada, ofrecimos a varios colegios, con los cuales tenemos contacto, un primer encuentro para intercambiar las experiencias de una biblioteca virtual.