La pandemia, que ha durado más de lo esperado, trajo consigo una serie de desafíos, entre ellos, el encontrar una nueva forma de conectarnos con nuestros socios de manera de no perder el lazo que nos ha mantenido unidos tantos años. Las Comunidades comenzamos a funcionar, de forma abrupta, por medio de plataformas que nos permitieron hacerlo y en el camino surgieron distintas necesidades que, felizmente, pudimos detectar a tiempo y reaccionar con soluciones amigables, dado el contexto general que hemos estado viviendo.
Diálogos en Comunidad, ciclo enmarcado dentro de “La Sefaradí Invita”, nace casi de forma espontánea al detectar e intentar entregar aquello que la gente tanto extrañaba: una conversación interesante y cálida, en la intimidad de sus hogares. Nada complicado, simplemente algo que nos hiciese compartir diferentes temas y experiencias de vida de nuestros invitados.
Entendimos inmediatamente que, a lo que hasta ese entonces llamábamos “proyecto”, debíamos darle cuerpo y contenido; en definitiva una estructura para que pudiéramos entregar a quienes estaban al otro lado de la pantalla un cierto orden para que pudiesen seguir la conversación. Así, esta instancia se tomó los martes por la tarde. Invitamos a formar parte del equipo organizador a nuestra queridísima socia Ester Croudo quien con su enorme simpatía, profesionalismo y empatía, nos sirvió de anfitriona en cada una de las entrevistas que fuimos desarrollando.
Ester Croudo nos indica: “diseñamos y pusimos en ejecución el ciclo de “Diálogos en Comunidad” como un aporte a generar conversaciones significativas y avanzar colectivamente en una mirada constructiva de hacer comunidad”.
¿El resultado? Mucho más de lo esperado.
No solo planteamos temas de interés sino que logramos co-nocer un poco más a la persona, tras el personaje y eso definitivamente, es vinculante.
Es más, sucedieron eventos que jamás imaginamos, como el contacto que generaron algunos de estos diálogos con gente que vive afuera y a quienes gratamente conocimos en esta instancia (y no tan lejos tampoco, ya que el confinamiento mantenía a tantos sin poder verse…). Nos pasó muchas ve-ces que el encuentro terminaba y la gente simplemente no se quería salir de la plataforma porque les dimos la oportunidad no solo de verse, sino definitivamente de reencontrarse. Entonces, generamos también ese espacio dejando al finalizar un momento más íntimo, más familiar donde algunos querían interactuar, dejando fluir sentimientos y emociones que tanto querían expresar.
Esto para nosotros, también contribuye a “hacer comunidad”.