Actualidad, CISROCO

Un agosto de encuentros intergeneracionales

Estamos viviendo en una época en que pareciera ser que es más amplia la brecha entre jóvenes y adultos mayores. Amplitud que está dada principalmente por diferencias en costumbres, uso de las tecnologías, pero también por los años, pues cada vez vivimos más.

Las generaciones experimentan muchos y rápidos cambios a nivel personal y social, que muchas veces genera que las personas mayores van quedando “al lado”, aprendiendo y adaptándose más lento, aunque como lo vemos en muchas de nuestras familias, sin dejar de ser el pilar de estabilidad, tradición y sabiduría de las familias.

En este contexto, surge como un valor generar puntos de encuentro, espacios de gratuidad mutua entre grandes y jóvenes, de compartir entre personas de diferentes edades, donde se  enriquece la vida de ambas partes.

Si nos preguntamos, ¿en qué se ven favorecidos los niños y jóvenes con el contacto con adultos mayores? O por el contrario, ¿en qué se benefician los adultos mayores de la cercanía con niños y jóvenes? 

Para los niños, las experiencias de las personas mayores les reportan transmisiones de costumbres culturales, modelos positivos, aprenden sobre el pasado, pueden cambiar la percepción hacia las personas mayores, y con ello, ir derribando prejuicios, además pueden tener una red de apoyo ante tiempos difíciles, aumentan el sentimiento de responsabilidad social hacia las personas mayores, además de poder seguir aprendiendo de ellos, por mencionar solo  algunos beneficios.

Posiblemente, muchos de nosotros tenemos experiencias cercanas de nuestros abuelos, quienes nos han enseñado el valor del respeto, muchas tradiciones y costumbres familiares y comunitarias, pero también hemos aprendido de su experiencia y sabiduría. Los adultos mayores, muchas veces, constituyen nuestro “cable a tierra”, ya que compartir con ellos, es una invitación a aprender de lo que ellos han vivido, y con ello, a priorizar lo importante.

Los abuelos saben muchas veces de qué hablan ya que han recorrido nuestro camino antes.

Por su parte, las personas mayores, se benefician del encuentro con niños y jóvenes ya que se sienten más acompañados, pueden tener menos sentimiento de soledad y aislamiento, se producen vínculos de amistad que les permiten tener una integración a una vida de comunidad, así como es una gran oportunidad para poder seguir aprendiendo en este mundo donde la tecnología avanza tan rápidamente. Si esto se da en un contexto familiar, muchos adultos mayores pueden experimentar el sentirse útil, así como amar y ser amados.

Es por eso que en Cisroco estamos en este mes generando interesantes espacios de encuentro con las generaciones más jóvenes, no solo por el vínculo con los colegios de la comunidad, así como con los jóvenes en sus proyectos de Tikun Olam, sino también por los encuentros de Nejadim junto al grupo Bereshit, un torneo de juegos de mesa de familia, así como también la celebración en la residencia del día del niño familiar.