COMUNIDAD SEFARADÍ

Trekking – Tu Bishvat. ¡Si es reeee fácil!

Por socio Comunidad Israelita Sefaradí

7:00 AM

Preparándome

Son las 7:00 de la mañana del 27 de enero de 2021. Me encuentro en casa, debo levantarme por lo que tomo una buena ducha para despertar y… ¿a trabajar? ¡Nooo! Estoy algo ansioso porque me preparo para asistir a un Trekking de Tu Bishvat de la Sefaradí. Mi señora me dice: “¿un trekking tú? ¿Desde cuándo?” A lo que respondo: “desde ahora”. El 2019 se hizo una cabalgata que me contaron resultó increíble, el año pasado, un paseo a Viña y esta vez, quiero participar. Si es trekking, será trekking…” Pero en mi interior me pregunto: ¿y si no me la puedo?

Son casi las 8:00, debo reunirme con todo el grupo en media hora más y reviso: ¿Buen desayuno? Si ¿Gorro? Sí. ¿Zapatillas adecuadas? Sí. ¿Ropa deportiva? Sí. Me rio solo porque yo, que “soy de rulos”, solo me faltaba mi colonia regalona que por supuesto, me apliqué.

8:30 AM

Parque Aguas San Ramón – La Reina

Llego puntualmente y me encuentro con algunas muy gratas sorpresas:

   Al rabino Daniel Zang en su mejor pinta de Trekking, motivando a todos.

   Un regalo de la Sefaradí más que acertado: una mochila especialmente diseñada para esta ocasión que contiene con una bebida energética, un protector solar, un bloqueador labial, unos sobrecitos de frutos secos y, como si fuera poco, un par de barras de cereal.

   Un grupo humano de lo más diverso, hombres y mujeres de todas las edades (desde 14 a 75 años), de todos los estilos. Efectivamente veo familias, amigos, algunos de lo más preparados con bastones de trekking en mano y también otros como yo: ordenaditos, muy “de rulos” (al menos no soy el único). Vuelvo a preguntar, esta vez a todos: ¿Y si no me la puedo? A lo que el rab me dice “tranquilo. Es Reeeeee fácil”. Obvio, le creo.

8:45 AM

Comenzamos

Todo listo, entradas compradas, grupos organizados por supuesto con las normas sanitarias correspondientes, y comenzamos a caminar.

Conforme avanzamos, me parece increíble que estemos en pleno Santiago, muy cerca (comuna de La Reina) y todo el entorno tan natural, tan poco relacionado con la ciudad, tan especial y diferente al día a día.

Bromas van y vienen animándonos a subir el cerro, que en realidad no es tanto, pero se va haciendo algo pesado y el cansancio me empieza a “pasar la cuenta”. Yo, como niño de 8 años, pregunto: ¿cuánto falta? A lo que el rab me dice (y casi todos al unísono) “Falta poco… si es reeee fácil”.

11:00 AM

¡Llegamos a la cima!

Veo una planicie y me siento feliz por ello. Es más, un gran conjunto de árboles nos otorga la sombra necesaria para descansar un poco y centrarnos en la actividad central de Tu Bishvat preparada por el rabino. A través de un grato relato, algunas bendiciones y cantos, me doy cuenta lo poco que sé de esta festividad y lo importante que es no solo para nosotros como judíos, sino para la humanidad entera. Me parece totalmente enriquecedor porque es mucho más que sólo plantar un árbol (hay que ver todo lo que hay de fondo en ello).

El paseo, me hace entonces mucho sentido ya que la finalidad es conectarnos con la naturaleza y con todo lo que ello conlleva.

13:00 AM

De vuelta

Por fin, la bajada. Vamos de vuelta y se me ocurre comentar “seguro será más simple que la subida”. Obvio, la respuesta ya inmediata, casi a coro, fue “pero si es reeee fácil”.

Llego abajo sintiendo que fue toda una experiencia y concluyo que, cansado o no, volvería hacerlo.

Es más, invitaría a otros a acompañarnos. Vale la pena por donde se le mire. Si para ese entonces llegara a pensar ¿y si no me la puedo”? ¡Naaaaada! Frase para el olvido, cuenten conmigo para la próxima, ahí estaré, ojalá con mi familia, sembrando continuidad.

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