Tener un rol significativo en la vejez impacta profundamente en el bienestar emocional, cognitivo y social de las personas mayores. Sentirse útil, valorado y necesario fortalece la autoestima, el sentido de identidad y la pertenencia, especialmente en un momento de la vida donde muchos han dejado de ejercer roles tradicionales como trabajadores, jefes de hogar o cuidadores. En el contexto de una residencia, otorgar nuevos roles permite resignificar su participación diaria, adaptando sus capacidades e intereses a nuevas responsabilidades. Además, el hecho de desempeñar un rol conlleva la activación de habilidades cognitivas como la toma de decisiones, la planificación, la comunicación y la resolución de problemas, todas fundamentales para mantener la mente activa. Por otro lado, tener un rol favorece la creación y mantención de vínculos significativos con sus pares, lo que disminuye el riesgo de aislamiento y fortalece la cohesión social dentro de la comunidad.
Es por esto que contar con un rol significativo contribuye a un envejecimiento activo y saludable, promoviendo la participación real de las personas mayores en la vida social y comunitaria, y reconociéndolas como sujetos valiosos y capaces.
Es por ello que, dentro de Beit Israel, diferentes residentes han asumido diversos roles, poniendo en práctica lo anteriormente mencionado y fomentando su participación activa en la vida comunitaria.
Un ejemplo de ello es el rol que desempeñan Lucía Portugueiz, Carmen Fuentes, Gloria Hiltelman y Dora Sierralta, quienes participan activamente en la cafetería de la residencia. Cada mañana, atienden con dedicación a residentes y familiares, realizando diversas tareas como la elaboración de cafés, toma de pedidos, servicio a la mesa, cobro y reposición de mercadería, todo ello en conjunto con el apoyo del equipo de Terapia Ocupacional.
Este espacio se ha transformado en un lugar cálido, familiar y significativo, que promueve el encuentro, refuerza los vínculos entre quienes habitan la residencia y enriquece la vida cotidiana de toda la comunidad.
Lucia Potugueiz: “Siento que este espacio es mío, lo cuido con cariño y me hace bien saber que confían en mí. Me siento empoderada en este rol, y eso me da energía y alegría en el día a día”
Carmen Fuentes: “la cafetería significa mucho para mí porque me puedo relacionar con toda la gente, puedo ayudar, conversar, conocer más personas. Es bien entretenido y me encanta dejar todo ordenado”
Por su parte, David Gueller ha asumido con dedicación el cuidado diario de las cuatro catitas que habitan en la residencia. Entre sus responsabilidades están alimentarlas dos veces al día, cambiarles el agua y asegurarse de que siempre tengan lo necesario, gestionando incluso la compra de alimentos cuando están por agotarse. Además, les pone música para acompañarlas y recientemente organizó la adquisición de juguetes para enriquecer su hábitat. Su compromiso y cariño por los animales han convertido esta tarea en una valiosa contribución al bienestar del espacio compartido.
David Gueller: Los veo como mis hijos, y eso me conecta profundamente con el rol que tuve como padre con mis hijas. Siento, además, una comunicación muy especial con los animales.”
Elena Casanova cumple un rol fundamental en la gestión y mantenimiento de la biblioteca. Cada mañana, actualiza la fecha en el espacio para orientar a quienes lo visitan, mantiene el lugar ordenado y acogedor, clasifica los libros por temática y organiza los nuevos ingresos. Además, recomienda lecturas según los intereses de los residentes y lleva un registro de los préstamos para asegurar su devolución. Gracias a su trabajo, la biblioteca se mantiene activa como un espacio de cultura, tranquilidad y encuentro.
Elena Casanova: “Me ayuda llenar mis espacios libres y a sentirme útil en el día a día. La biblioteca no es un lugar frío como se lo imagina, es un lugar cálido, acogedor y un lugar de encuentro donde habitan los libros que son como personas que esperan que los lleven para contarnos su historia”
Chernia Zablocki se encarga cada semana de la “Sección de Chistes de Chernia” en el diario mural de la residencia. Con el apoyo del equipo de Terapia Ocupacional, selecciona, redacta y publica chistes originales pensados especialmente para sacar sonrisas a quienes pasan por el mural. Esta iniciativa no solo entretiene, sino que aporta calidez, creatividad y cercanía al ambiente cotidiano.
Chernia Zablocki: “Me gusta poder escribir chistes humorísticos, me parece genial esta sección en el mural ya que me genera mayor motivación y placer al poder escribir.”
Finalmente, Berta de Vega tiene un rol clave en la preparación de la ceremonia de Shabat. Cada viernes por la mañana participa en el taller de jalá, donde realiza la oración que da inicio al trenzado del pan y elabora las jalot que serán utilizadas por la comunidad. Por la tarde, se anticipa para revisar que el espacio esté dispuesto correctamente, se encarga del jugo de uva y de que todo llegue a tiempo, y colabora activamente con el jazán Fernando durante la ceremonia. Su dedicación, respeto por la tradición y profundo sentido de comunidad hacen que cada Shabat sea una experiencia verdaderamente significativa para todos.
Berta de Vega: Doy gracias a Hashem poder hacer esta labor, porque así atiendo las cosas de Hashem y presto servicio a mis semejantes” Eso me hace muy feliz.
Este conjunto de experiencias demuestra cómo los roles significativos no solo enriquecen la vida de quienes los desempeñan, sino que también fortalecen el tejido social dentro de la residencia, generando espacios de encuentro, cooperación y sentido compartido.