Por Víctor Gómez
Aish-Chile junto a Project Inspire y Olamí, organizaron en Chile el programa One on One, liderado por R. Marcelo Melnick. A través de este proyecto se quiso extender el concepto tradicional judío del estudio en javrutot y llevarlo mucho más allá de una yeshivá o un lugar de estudios tradicional, haciéndolo llegar a las casas.
El estudio de Torá tradicionalmente se realiza en una javruta, o javrutot, en plural. Esta dinámica de estudio es en pareja, donde los compañeros se enfrentan como duelistas intelectuales, interrogándose mutuamente sobre un texto y desmenuzándolo desde todos los puntos posibles, preguntándose acerca de la más mínima de las paradojas o aparentes inconsistencias.
One on One no sólo busca el aprendizaje a nivel intelectual; sino que busca acercar a las personas de la comunidad, llevando la posibilidad de estudiar y compartir con otro desde el hogar.
La idea de estudiar en parejas, o “javrutot”, es un concepto judío muy antiguo. Esta metodología de estudio se puede comparar a dos piedras que chocan una con la otra. Al impactar entre ellas se generan chispas; generan un valor agregado. Una sola piedra no puede brillar. Necesita a la otra para poder generar ese brillo. De la misma manera, cuando uno estudia o lee algo solo, entiende las cosas a medias y sólo desde su perspectiva; a veces no se logra captar la profundidad.
Al tener a otro enfrente se produce un cambio radical para ambas partes en la comprensión y el nivel de profundización que se puede alcanzar, gracias a los conocimientos, experiencia y puntos de vista del otro.
La idea de hacer un programa ya existente, como es One on One, pero a través de la plataforma Zoom, surgió debido a la pandemia. El adaptarlo a una versión online permitió romper una de las principales dificultades que tenía: a veces a la gente se le hace difícil salir de su casa y trasladarse a un lugar específico para dedicarle tiempo a algo que puede ser un poco desconocido.
El programa One on One por Zoom se transformó en una oportunidad de aprovechar la situación de pandemia para poder reunir a las personas y estudiar en parejas.
La magia del estudio
Así fue que se logró juntar a muchos en un espacio virtual súmamente relajado. Reunimos en parejas a personas que llevan mucho tiempo estudiando, con otras que no. Y el resultado de esto… fue mágico.
El programa consiste en un ciclo de tres sesiones, una vez por semana, y se inicia con un pequeño mensaje de apertura general simultáneo dado por alguno de los rabinos de la comunidad, por lo que todas las parejas se conectan a la misma hora. De esta manera se introduce al tema del día.
Luego de estos minutos introductorios, se divide a la gente en parejas ocupando las salas virtuales que ofrece la aplicación Zoom. Así, la gente comienza su estudio en javruta sobre un material escrito que se facilita algunos días antes.
Lo maravilloso de esto es que personas que quizás no se conocían, o muy poco, de repente queden “encerrados” solos, estudiando a la distancia en una sala virtual.
Así fue como la gente empezó a dialogar, a compartir y a darse cuenta que a todos nos interesa crecer un poquito más y descubrir más en nuestro judaísmo; ver que no somos “el único” y que queremos ser un poco mejores cada día.
Este formato de javrutot online permitió que el estudio sea mucho menos rígido. A pesar de que junto con el material a estudiar se entrega una pauta, cada pareja la sigue a su ritmo y con su propio estilo. Por lo mismo, la gente tiene la posibilidad de crecer a su velocidad.
Después de haber realizado este año tres ciclos de tres encuentros cada uno (uno para la época de las Tres Semanas, otro para Yamim Noraim y el tercero para Januká), en los que han participado más de 200 personas, el resultado final, en general, es que la gente ha quedado muy satisfecha con la experiencia y pedían más del programa.
Muchas de estas parejas que se encontraron por primera vez en el One on One, terminando el ciclo siguieron estudiando juntas en forma remota. Algunos hasta hoy día. En muchos casos se formaron vínculos que esperamos que una vez que termine la pandemia permita que puedan reunirse físicamente, invitarse para Shabbat, ir más allá de la formalidad del estudio y conocerse como personas.
Un programa sin barreras que no discrimina por conocimientos, avance, género ni edades. Han participado mujeres y hombres de 17 a más de 70 años.
Cada uno encontrando en este espacio una oportunidad maravillosa de crecimiento tanto para conocer de su judaísmo como para conocer a otras personas.
Testimonios
“Este programa bota todas las barreras y nos da la posibilidad de poder compartir las opiniones e intentar descifrar juntos el mensaje de la Torá”. Mauro Sirota.
“A través de este espectacular programa, pudimos generar un vínculo especial con la persona con las que nos tocó reunirnos a estudiar. Mientras uno más da, más recibe”. Sandy Federic.