Eduardo y Alejandro Fosk: La continuidad familiar detrás de FOBEJU y la educación judía en Chile
Padre e hijo comparten su experiencia al frente de la fundación, marcada por el traspaso generacional en el liderazgo, los desafíos de la recaudación y la esperanza de que ningún niño o niña de la comunidad judía de Chile se quede fuera del Instituto Hebreo.
Por: Gabriel Koenig
La Fundación FOBEJU —Fondo Pro-Becas para la Educación Judía en Chile— nació en 1992 como la única organización comunitaria dedicada a asegurar la continuidad de la educación judía sionista en el país. Desde entonces, su misión ha sido garantizar que todos los niños y jóvenes judíos que deseen acceder a una educación formal judía en el país puedan hacerlo, sin importar la situación económica de sus familias. En 2012, la iniciativa se consolidó formalmente como fundación sin fines de lucro, fortaleciendo su estructura y capacidad de acción.
En más de tres décadas de existencia, FOBEJU ha entregado miles de becas apoyando a estudiantes del Instituto Hebreo.
Cada año enfrenta el desafío de recaudar fondos suficientes para cubrir la totalidad de las solicitudes, un esfuerzo sostenido que ha permitido que cientos de familias encuentren en la educación un camino de pertenencia y continuidad comunitaria.
Hoy, se ha consolidado como un proyecto colectivo que moviliza a donantes, familias, exalumnos y estudiantes, todos unidos por la convicción de que la educación es la base de la continuidad judía.
Al frente de la fundación ha estado la familia Fosk durante más de una década, contribuyendo significativamente a su desarrollo y consolidación.
Eduardo Fosk, como presidente por varios años, lideró los esfuerzos para garantizar recursos suficientes y mantener el acceso a becas para cientos de estudiantes. Su hijo Alejandro asumió la presidencia en los últimos años, dando continuidad al trabajo de la fundación y adaptando el liderazgo a nuevos desafíos, como el recambio generacional de donantes y el aumento sostenido en las solicitudes de becas.
Conversamos con Eduardo y Alejandro, los cuales repasan su trayectoria, comparten aprendizajes familiares y comunitarios, y reflexionan sobre el futuro de la educación judía en Chile.
¿Podrían contarnos brevemente sobre su trayectoria y qué los motivó a involucrarse en FOBEJU y en la educación judía en Chile?
Eduardo: En mi caso, pertenezco a FOBEJU hace aproximadamente unos 12 años y antes estaba en el directorio del colegio, cuando estaba en Macul, así que es mucho tiempo que estoy en este lugar.
Alejandro: En mi caso la trayectoria es muy similar. Yo partí en la fundación FOBEJU también hace como 12 años, cuando se incorporó como fundación, y después pasé al Vaad Hajinuj, donde estuve ocho años muy metido en el tema de educación judaica y como presidente del Vaad Hajinuj varios años también, y después de terminar en el Vaad, volví al directorio de FOBEJU y el tema de educación judía yo creo que es clave en una comunidad que se forma.
Lo primero que debe haber es una escuela, eso asegura que va a haber judíos en el futuro y por lo tanto es súper importante tener la posibilidad de contribuir a la educación judía de calidad, sionista, para que las personas puedan identificarse con su judaísmo y al mismo tiempo trascender en la vida.
¿Qué significa para ti, Alejandro, asumir la presidencia de FOBEJU y cómo has vivido la transición generacional en el liderazgo familiar?
Durante muchos años mi papá fue el presidente de FOBEJU y creo que era importante apoyarlo también en este desafío. Ya le tocó muchos años de tener que luchar por la fundación y cumplir las metas y lograr los objetivos de recaudación y poder financiar las becas para permitir educación judía, así que en ese sentido para mí fue súper natural poder apoyarlo en un momento que también él ya quería dar un paso al lado, lo que no ha significado para nada salir del directorio. Mi papá sigue en el directorio como presidente honorario de la fundación y obviamente a nivel generacional yo creo que para mí ha sido siempre un ejemplo mi papá, ha tenido permanentemente un compromiso con la comunidad. Además de ser un exitoso empresario, ha mantenido siempre el vínculo comunitario, el pie o la raíz a tierra, de poder llevar una vida balanceada y en ese sentido creo que no sólo para mí sino para mis hermanos también ha sido un tremendo ejemplo y eso obviamente hace que no sea costoso asumir este tipo de desafíos, sino que todo por el contrario.
¿Qué aprendizajes o enseñanzas han obtenido uno del otro que aplican hoy en la fundación?
Alejandro: Para mí es el compromiso permanente, el sacrificio en tiempo y el compromiso total que yo he visto en mi papá y obviamente eso para mí es una tremenda enseñanza y estoy totalmente dispuesto a asumir el mismo tipo de sacrificio. Siempre lo vi buscando recursos para la fundación, hablando con todo tipo de personas y destinando tiempo para eso y para mí obviamente es un tremendo aprendizaje, y hoy en día no le hago el quite a hablar con ninguna persona, creo que es súper importante. Hay gente que para la cual es tremendamente difícil salir a pedir, pero más que salir a pedir esto es apoyar a la persona a que pueda hacer tzedaká, así que finalmente uno está haciendo casi un favor a la persona para que pueda lograr el objetivo de hacer tzedaká y sentirse bien con ello.
Eduardo: Para mí fue muy lindo que mi hijo Alejandro me haya reemplazado en el puesto de presidente de la fundación, porque él ha demostrado que mientras era director en el colegio mismo, mostró que le gusta mucho el que el colegio sea cada vez mejor y además de que todo niño judío que quiera estar en el Instituto Hebreo, pueda estar. Yo creo que es algo realmente que a uno le hace ser una persona que se preocupa de la comunidad.
¿Hay algún proyecto o iniciativa de FOBEJU que recuerdan con especial orgullo o que haya marcado un momento significativo para ustedes?
Alejandro: El cambio de mirada que ha habido hacia la fundación, pasando del asistencialismo a la alegría de dar y de pertenecer. Esto ha hecho que contemos con más “Amigos FOBEJU” que quieren ser parte, aportando con becas y también con su tiempo para generar instancias de recaudación y colaborar con FOBEJU. La fundación es un orgullo para los niños del Instituto Hebreo, tanto para los más grandes que la ven como algo que hace única a nuestra comunidad escolar demostrando que contamos unos con otros, y los más pequeños que quieren colaborar realizando acciones para aportar a las becas de sus amigos y compañeros. Este año pudimos ver el tremendo orgullo que es para los niños, ya que más de 350 estudiantes del Instituto Hebreo quisieron participar en el video de la campaña 2025.
Cómo dijimos en la campaña del año pasado, trabajamos con la convicción de que en los pasillos del Instituto Hebreo están los niños que cambiarán el mundo.
¿Cuál ha sido el desafío más grande que enfrentaron en la fundación y qué aprendizaje les dejó?
Eduardo: Yo creo que el desafío en FOBEJU es todos los días, no es fácil enfrentar a algunos de los donantes. Algunos son donantes felices, otros no tanto, y esto es algo que no puede fallar, porque si no conseguimos lo que se necesita, no van a poder estudiar en el Instituto Hebreo todos los niños que tengan problemas económicos.
Alejandro: Yo creo que efectivamente es un desafío permanente. Este año 2025 nos hemos enfrentado a un aumento significativo de las necesidades de becas, por lo tanto hemos tenido que aumentar en un 30% la campaña de recaudación, lo que es muy desafiante porque efectivamente la fundación depende de sus amigos, donantes, y hay que ir permanentemente aumentando la cantidad de amigos, y al mismo tiempo se va produciendo un recambio generacional en los donantes también, lo cual es bastante desafiante, porque los grandes donantes de antaño que efectivamente daban sin dolor, hoy en día han pasado a las generaciones posteriores donde no necesariamente se da la misma lógica, y por lo tanto hay otros donantes nuevos, emprendedores, jóvenes que han entrado con entusiasmo a este tema de tzedaká. Hay que encontrarlos, hay que buscarlos, hay que entusiasmarlos con la fundación, entonces esto es un desafío permanente, y como muy bien dijo mi papá, acá uno no se puede dar el lujo de no conseguir los fondos, porque eso significaría dejar a familias completas fuera del colegio, entonces acá no podemos decir “dejémoslo para el próximo año o cumplamos la meta el próximo año”, acá eso significa directamente que familias completas no puedan acceder a la educación que imparte el Instituto de Hebreo.
¿Pueden compartir alguna anécdota que refleje el impacto de FOBEJU en la vida de un estudiante o de la comunidad?
Alejandro:
Recientemente en una generación de IV Medio el 60% de los puntajes nacionales fue de estudiantes que recibieron una beca gracias a FOBEJU.
Hoy contamos con muchos ex becados que se han convertido en emprendedores/empresarios que ofrecen empleo a muchas personas. También hay un ex becado que se convirtió en Rabino y lidera una comunidad en Israel.
¿Cómo visualizan el futuro de la educación judía en Chile y qué legado esperan dejar como equipo familiar en FOBEJU?
Eduardo: Yo visualizo un excelente futuro de la educación judía en Chile siempre y cuando no dejen de apoyarnos los donantes, para nosotros es fundamental para estos jóvenes que desgraciadamente no tienen la posibilidad económica, su familia, de tenerlos en el colegio.
Alejandro: Sí, yo creo que hoy en día estamos viviendo un momento en Chile bastante único y desafiante, quizá en la diáspora en general, de un aumento significativo del antisemitismo, y yo pienso que eso efectivamente va a tener un impacto en la educación judía en Chile, un impacto quizá contrario del que los antisemitas piensan, pienso que efectivamente lo que eso sucede es que la gente se siente más identificada con su propio judaísmo, y yo creo que en ese sentido la educación judía en Chile va a tener un muy buen futuro. Lo que nos tenemos que preocupar y el legado tiene que ser que efectivamente todos aquellos que quieran estudiar en nuestro colegio lo puedan hacer, y este tema de antisemitismo podría eventualmente significar que familias no se sientan cómodas en la primera lección de colegio que tuvieron, por razones varias, y el colegio hebreo se convierta en un en un lugar seguro para muchas familias, y son familias de todo tipo, hay familias que no están en el colegio porque no pueden pagar el colegio y han tomado la decisión de hacerlo así y no pedir beca, pero tenemos que ser capaces de poder recibir a todas las familias que así lo quieran, y por otra parte creo que el colegio va a seguir en su trayectoria de excelencia, y eso tiene un costo, el cual obviamente hay que tratar de poder financiarlo a través de la fundación para que nadie se quede fuera de tener una educación judía de excelencia y puedan trascender. La educación es el factor más importante que explica el cambio de una generación a otra en su capacidad de triunfar y, en ese sentido, aportar con un pequeño grano de arena nosotros como grupo familiar y en el trabajo que hacemos a FOBEJU para que todos los jóvenes de nuestra comunidad puedan ser exitosos y felices y yo creo que con eso nos podemos dar más que por pagados.