Por Ana Luisa Telias
Cada semana puedes unirte por zoom a las clases que dictan nuestros rabinos Daniel Zang y Efraím Rosenzweig. A partir de un trocito de Tora puedes enriquecerte de análisis profundos y nuevas miradas.
A través de parashat Shlaj, nuestros rabinos Daniel Zang y Rab Efraim reflexionan acerca de la misión de doce exploradores a la tierra de Israel, cada uno embajador de una tribu de nuestro pueblo. Y nos cuentan que al retornar al desierto, diez de ellos, contaron a Moisés: “Llegamos a la tierra donde nos enviaste, la cual ciertamente mana leche y miel; y éste es el fruto de ella. Pero muy fuerte es el pueblo que habita en la tierra, y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Y también a los nacidos de gigante hemos visto ahí…”.
Mientras que solo dos exploradores -Josué y Kalev- regresaron relatando a la congregación: “La tierra por donde hemos pasado para explorarla, es una tierra buena en gran manera; si el Eterno se complace en nosotros, nos llevará a esta tierra y nos la dará; es tierra que mana leche y miel. Tan solo no os rebeléis contra el Eterno ni temáis al pueblo de la tierra, porque no son más que pan para nosotros; su amparo se ha retirado de ellos, mientras que el Eterno está con nosotros. No los temáis”.
¿Cuánto juegan nuestros miedos, deseos, cultura, fe, autoestima, confianza cuando nos enfrentamos a una nueva realidad? Nuestros rabinos analizan dos visiones contrapuestas que aparecen en este pasaje de la Torá.
Unos llegan contando que sería prácticamente imposible conquistar Eretz Cnaan: “no podremos contra aquel pueblo porque es más fuerte que nosotros”. E infaman ante el pueblo de Israel: “es tierra que consume a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en ella son hombres de gran estatura… y a nuestros ojos éramos como langostas, y así éramos a los ojos de ellos”.
El rabino Efraím Rosenzweig lanza una pregunta: “¿cómo es que los exploradores pudieron percatarse de que los habitantes los veían con complejos? ¿Y si hubiese sido al revés; que los hayan visto como leones y no como langostas? ¿Acaso el ser humano ve con sus ojos y niega o interpreta con su mente?”, plantea.
“Los exploradores imponen su propia visión, es decir, la forma en que se sienten percibidos”, afirma rabino Daniel Zang y en consecuencia, “era predecible que Josué, uno de los exploradores y asistente de Moshé, volviera con una visión positiva dada también por su jerarquía y responsabilidades. Mientras tanto, Caleb se distancia de la posición convencional, asumiendo los riesgos que implica contradecir a la mayoría y busca acallar al pueblo y de este modo, hacer prevalecer la palabra de Moshé.
A través de unas citas que recoge del testimonio de Caleb, el rabino Zang da cuenta que la diferencia entre las dos visiones –pesimista y optimista- es la autoconfianza: “De edad de cuarenta años, era yo cuando Moshé, me envió desde Kadesh Barnea a explorar la Tierra; y le traje respuesta conforme la tenía en mi corazón. Más mis hermanos, los que habían ascendido conmigo, atemorizaron el corazón del pueblo; empero yo cumplí en pos de Adonai, mi D-s”.
Por qué D-s decretó que las personas carentes de fe y/o de confianza no debían ingresar a Israel? ¿La mente del ser humano acaso no evoluciona con el enriquecimiento de nuevas experiencias?
“D-s concluye que esa generación no podría entrar a la tierra prometida porque no estaba preparada para semejante desafío y por lo tanto, terminarían sus días en el desierto. Y es cuando determina que ciertos israelitas debían de morir, porque no evolucionaría su mentalidad”. Por tanto, se asumía que estos procesos de cambio cultural son largos y requieren del paso de nuevas generaciones, argumenta el rabino Rosenzweig.
¿Existió para ellos la opción de hacer Tshuvá?
Para el rabino Rosenzweig, “el pueblo había tenido ya una segunda oportunidad porque en el desierto habían pecado en el episodio del Becerro de Oro. Por lo tanto, no supieron aprovechar este segundo tiempo”, explica.
¿Cuánto podía cambiar sus mentes formadas en esclavitud? ¿Tuvo temor que se instalase un liderazgo mediocre o pesimista entre el pueblo?
“Estos hombres eran líderes del Pueblo. Y un mal dirigente tiene la capacidad de llevar a su gente al desastre. D-s en esto quiere evitar males mayores…, dice el rabino Zang.
¿Con cuántos Caleb nos encontramos hoy en día, defendiendo con fe y convicción sus posiciones cuando se enfrentan a una realidad incierta o desconocida? ¿Cuántos de nosotros preferimos esperar en el desierto que pase la tempestad antes que cruzar el río Jordán? ¿Cuántos deciden vencer los obstáculos, establecerse en esta nueva tierra, confiando en la promesa de D-s de forjar su propio destino?
Según el Midrash, citado por Rashi, Caleb habría dicho al pueblo: Aún si la tierra de Israel estuviera en el cielo, y Moshé nos dijera: construid escaleras y ascended con ellas hasta el cielo, tendríamos éxito en todo lo que nos mande”.
Te invitamos a reflexionar y a enriquecerte con nuevas miradas a través de las diferentes clases de nuestros rabinos Daniel Zang y Efraim Rosenzweig. Únete a nuestros zoom y reflexiona a través de la Torá sobre el presente. Más información: asistente@sefaradies.cl