Por Ana Luisa Telias
Tras su salida del gobierno anterior para apoyar la candidatura de José Antonio Kast, Paula Daza, médico cirujano con especialidad en pediatría de la Universidad de Chile y sin duda el rostro más visible de la pandemia, hoy está enfocada en plantear mejoras en las políticas públicas para disminuir las brechas de acceso, promoción y prevención de la salud de todas y todos los ciudadanos del país desde el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la Universidad del Desarrollo (CIPS-UDD).
Quisimos saber en primer lugar qué tan difícil fue para una mujer de convicciones liberales tener que restringir libertades a la ciudadanía para enfrentar una crisis sanitaria. “Crecí en un ambiente donde la libertad individual era un valor fundamental. Ello implica responsabilidad hacia uno mismo y respeto hacia el otro”, precisó la ex subsecretaria de Salud Pública bajo el gobierno de Sebastián Piñera. Sin embargo, la hija de Carmen Narbona G. y del destacado diplomático Pedro Daza V. comentó que la pandemia los enfrentó a un dilema: “¿Ponemos en riesgo la vida de las personas -principalmente de los más vulnerables- por conservar las libertades? o ¿ponemos en riesgo las libertades de la ciudadanía por cuidar la vida de las personas?”
La contactamos previo al homenaje que realizará la Comunidad Sefaradí de Chile en el evento que organiza junto con el EIM y WIZO Chile – el próximo domingo 12 de marzo a 11.00 horas en Estadio Israelita Maccabi en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
¿Pensó que la credibilidad del gobierno pudo estar en duda cuando tuvo que estar expuesta a decisiones como la de confinar comunas, cerrar las fronteras del país?
La pandemia nos golpeó en un momento especialmente difícil para Chile.
Era un período de crisis social y la credibilidad ante las instituciones y autoridades de gobierno estaba fuertemente debilitada. La desconfianza, la rabia y el descontrol cubrió, como una nube espesa, cada rincón del país.
Ante ese escenario, nuestro rol, desde el ministerio de salud, fue despejar esa nube. En ese ambiente de incertidumbre trasparentar las certezas que disponíamos -y también las interrogantes- para que la ciudadanía supiera que podía confiar.
Una de las políticas más certeras fue mantener la información actualizada y realizar puntos de prensa todos los días. Responder las preguntas, informar a la gente, decir la verdad.
¿Estima que la cooperación público-privada que existió durante la pandemia tiene alguna relación con que hoy algunos sistemas de salud privada estén con problemas financieros? ¿Cómo puede ser viable este tipo de cooperación a su juicio?
La cooperación publico – privada fue determinante para poder enfrentar la pandemia y responder a las necesidades de la salud en un momento especialmente crítico. Esta colaboración fue un gran ejemplo para comprobar, que finalmente, la cooperación es un verbo que debemos conjugar todos los días, en todos los desafíos que enfrentamos. Cuando colaboramos en pro de un bien común, todos se ven beneficiados. Cuando se cruzan las fronteras del sector público, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil, se beneficia Chile, su gente y se potencia cada sector. Aquí me quiero detener, en una experiencia que me tocó vivir. Cuando fuimos a los Estados Unidos en junto a otros actores del mundo académico y privado; me tocó ir en nombre del gobierno de Chile a recibir el Premio Edhelman Awards por el manejo de la pandemia. Una de las juezas preguntó: “¿Cómo fue el milagro para que el sector público, el sector privado y el mundo académico trabajaran juntos en pro de un objetivo común para contener la pandemia?”. Me parece que esa pregunta refleja lo importante de la colaboración del mundo público y privado, cada uno desde su vereda.
¿Qué factores cree han influido en que Ud. sea una persona optimista?
Una de las grandes lecciones que me dejó la pandemia es que los momentos más difíciles son una gran oportunidad para conocer lo mejor de las personas. Más que lamentarse y centrarse en las dificultades de uno, los momentos adversos son claves para conocer gente que a uno la puede inspirar. Aprendí que las grandes riquezas de Chile, junto con su belleza geográfica, es su gente, la gente sencilla que en forma anónima saca lo mejor de sí para ayudar al otro.
Tras realizar un diplomado en administración pública en la U. de Technion ¿Podría contarnos acerca de su visión del sistema de salud israelí?
Tuve el privilegio de conocer Israel y su modelo de salud. Conocí su gente y sus calles donde se respira profesionalismo, se ausculta su fuerza, fui testigo de sus inmensos logros. Pude admirar su sistema de salud pública que le provee un servicio a todas las personas y donde la cooperación pública – privada está tan inmersa que ya es parte de la vida de todos los ciudadanos. No es casualidad que la Organización Mundial de la Salud haya mencionado años atrás a Israel como un ejemplo mundial de acceso de salud con equidad y calidad, siempre liderando con tecnología de punta.
En la pandemia, me correspondió ser parte del equipo que lideraba el presidente de la república, y como tal tuvimos acceso a diversas reuniones con las autoridades de salud de Israel. En todas ellas, el sistema de salud de Israel es un ejemplo y un modelo de inspiración para muchos quienes trabajamos en el día a día en mejorar la salud de nuestro país.
¿Cómo fue para Ud. en calidad de madre estar dedicada cien por ciento a manejar la pandemia, y por otro lado sobrellevar la vida familiar?
Como a muchos chilenos, para mí también la pandemia fue un periodo difícil y desafiante.
Como para muchos chilenos, en ese período viví noches especialmente oscuras.
Como a muchos chilenos, a mí me tocó abordar un rol y un desafío profesional profundamente complejo, tal vez el más difícil de mi vida profesional.
Y como a muchos chilenos, mi familia, cumplió un rol especialmente importante. Gracias a ellos y con el apoyo de ellos, pude salir adelante.
¿Cómo toma este reconocimiento que le otorga en el marco del Día Internacional de la Mujer la Comunidad Sefaradí de Chile?
Este reconocimiento me llena de emoción ya que simboliza un reconocimiento para todo el equipo de salud que estuvo comprometido en la pandemia.
Me tocó ser el rostro visible de muchos profesionales de salud que aportaron y dieron lo mejor de sí para cuidar y proteger la salud de los chilenos. En representación de cada uno de ellos, les doy las gracias porque gestos como estos son una fuerza para seguir trabajando por la salud de todas y todos los chilenos.