Cada año, cuando llegan las vacaciones, las instalaciones de nuestra comunidad se transforman. Los espacios se llenan de risas, juegos y colores, gracias a Bneilandia, la propuesta que ha conquistado a muchas familias desde hace ya varios años. Diseñado para los más pequeños, desde un año y medio, Bneilandia es un lugar donde la infancia se celebra a lo grande, y donde cada niño encuentra un mundo de diversión, aprendizaje y conexión.
Esta actividad no es una novedad dentro de nuestra comunidad, pero en los últimos años, especialmente después de la pandemia, su popularidad ha crecido enormemente. Hoy, Bneilandia es mucho más que un simple espacio de recreación; es un refugio familiar en el que se busca que cada niño se sienta acogido, cuidado y valorado en un ambiente cercano y acogedor.
La magia de Bneilandia también está en la variedad de actividades.
Cada semana presentamos diferentes talleres y propuestas que despiertan la creatividad y curiosidad de los niños. También llevamos a cabo encuentros que nos conectan con nuestras raíces y tradiciones judaicas, donde los pequeños aprenden sobre nuestros valores, cultura y tradiciones a partir de actividades lúdicas y significativas. Desde visitar a nuestros vecinos de la fundación Cirsoco para tardes musicales hasta pasar las mañanas del día viernes todos juntos celebrando Shabat en la sinagoga de la comunidad, cada espacio busca crear momentos y recuerdos de unas vacaciones maravillosas.
Pero la diversión no termina allí. También ofrecemos actividades interactivas que logran capturar la atención tanto de nuestro asistente más pequeño hasta el más grande, generando recuerdos compartidos que fortalecen el vínculo entre los niños dentro de la actividad. Todos estos encuentros son momentos de unión que representan en un 100% el espíritu de Bneilandia.
El verano en Bneilandia es una época esperada por todos.
Es el momento en que nuestros jardines y edificios cobran vida, y el ambiente se llena de risas, juegos, historias y cosas por descubrir.
Familias de diferentes lugares nos eligen, y los niños que llegan no solo disfrutan de unas vacaciones inolvidables, sino que se llevan amistades y experiencias que los acompañarán por mucho tiempo. La alegría de ver nuestros espacios tan llenos de vida nos recuerda lo que realmente importa: celebrar, aprender y compartir en comunidad, y para eso, paradójicamente, no hay mejores maestros que los niños.
En Bneilandia, cada verano es único, y cada actividad, por pequeña que parezca, contribuye a un gran recuerdo en la vida de nuestros pequeños aventureros.
Es por eso que extendemos la invitación, ya que una vez más, este verano abrimos las puertas de la NBI a todos los niños y niñas que deseen vivir unas vacaciones llenas de color, risas y enseñanzas en un entorno pensado para que se sientan como en casa.
