Actualidad, COMUNIDAD SEFARADÍ

Construcción de nueva sede de la Comunidad Sefaradí de Chile

“Creemos que es lo mejor para nuestra comunidad”

Con el compromiso de compra de un terreno en el Estadio Israelita Maccabi y el beneplácito de la Asamblea para seguir adelante, el directorio que preside Abraham Cohen confía en que una vez que se traslade el Instituto Hebreo, este lugar pasará a ser en los próximos años el centro neurálgico de la colectividad judía de Chile.

Ana Luisa Telias Barth

Dentro de unos meses asumirá un nuevo directorio en la Comunidad Sefaradí de Chile. Ad portas de concluir su cuarto período en la presidencia del directorio, Abraham Cohen comenta acerca de las transformaciones que está viviendo la comunidad. 

Dice estar contento por los cambios que sucedieron en la comunidad en estos ocho años, especialmente por la venta de la propiedad de Lyon y hoy, con la materialización de un acuerdo de compra del actual terreno dentro del Estadio Israelita Maccabi que incluye 2.700 metros2. de infraestructura más 450 mts. 2 de terreno al aire libre para organizar eventos. “Concretamos un acuerdo con el Estadio Israelita para comprar nuestra sinagoga y tener un terreno orientado a Las Condes, además de la infraestructura subterránea con salón divisible donde hoy se ubica el sauna, salón multiuso y bodegas”. 

Está trabajando junto a un equipo de profesionales para que la futura sinagoga se transforme en un espacio más acogedor y confortable, con salas de reunión, mikve, espacios para dispersión, que “pueda seguir creciendo como en tiempos pasados”, agrega. De esta manera, “buscamos modernizar nuestra sede para lograr una comunidad acorde a estos tiempos para recuperar nuestra posición en el Ishuv”, comenta.

¿Cómo ha sido este proceso? 

Desde el 2018 hemos estado viendo la posibilidad de comprar un terreno. En un principio tuvimos conversaciones con el Mercaz que no fructificaron, luego continuamos buscando una sede que nos permitiese practicar culto en Las Condes, Lo Barnechea o Vitacura. Sin embargo, llegamos a la convicción de que lo mejor era retomar las conversaciones con el directorio del Estadio y avanzar en un acuerdo. No fue fácil. Nos llevó muchísimas horas de trabajo. Sin embargo, logramos alcanzar un acuerdo con el directorio, presidente y vicepresidente del EIM y creemos que es lo mejor para nuestra comunidad. 

Nuestra comisión quedó integrada por pocas personas –entre ellos, Darío Camhi, Andrés Nahmías, Eduardo Daniels y quien preside- dado que muchos de quienes trabajaron en un principio no tuvieron la posibilidad de continuar.

¿Por qué piensan que es un buen acuerdo?

La clave de haber comprado acá -en el Estadio Israelita Maccabi- es porque sabemos que esto en unos años pasará a ser el centro neurálgico de la colectividad una vez que se traslade el Instituto Hebreo.

Cada Institución pasará a ser propietaria de su terreno, lo que implica que para vender una sede, tiene que existir el beneplácito de las otras dos comunidades. Hemos sostenido conversaciones muy amenas, no hemos tenido grandes diferencias y las diferencias que han existido han sido en nuestro favor siempre. Logramos veinte estacionamientos, subterráneo y tendremos un sector que se orienta a Av. Las Condes, y si el día de mañana decidimos hacer una puerta y un pasadizo para que entre y llegue por allí nuestros socios, no hay ningún problema.

¿Cómo se encamina el 2023?

Una vez vendida nuestra sede de Lyon, el mandato de nuestra Asamblea nos obligaba a comprar una propiedad. Desde ese momento, nos encaminamos en esta misión. Hoy estamos cumpliendo con ese mandato, y se transformará en el legado de los directorios que lideré. 

El próximo directorio estará encargado de continuar con el proceso de construcción y remodelación de la nueva sede.

¿Cuáles son las etapas del proyecto? 

En abril fue confirmado el acuerdo tras el beneplácito que obtuvo en la reciente Asamblea. En los próximos meses renovaremos nuestro directorio, y quienes asuman la responsabilidad de liderar deberán proceder con las modificaciones. Las etapas que vienen van a depender de los arquitectos. Estamos trabajando actualmente en un proyecto que presentaremos próximamente a nuestros socios y nuestros benefactores para que nos puedan de una forma u otra ayudar y poder ampliar los espacios de la comunidad. Vamos a llamar a concurso a arquitectos, diseñadores de interior y empresas de construcción. Y este proceso lo va a tener que liderar el próximo presidente. Una vez que tengamos definido el proyecto sabremos cómo seguir avanzando. 

Mirando hacia atrás ¿qué destacas de estos ocho años de liderazgo en la Comunidad Sefaradí?

Los hitos más importantes sin lugar a dudas fueron la venta de nuestra anterior sede en Av. Lyon 812 y recientemente la compra de un terreno dentro del Estadio. También forjamos buenas relaciones con todas las comunidades, y representaciones diplomáticas de España, Portugal, Marruecos, Israel. Cuando la comunidad se trasladó al EIM no tenía visibilidad, tampoco participábamos en las reuniones de la CJCh, solo cancelábamos nuestra cuota. Hoy estamos volviendo a tener voz y visibilidad y ampliando nuestras relaciones con el Instituto Hebreo, con nuestras comunidades hermanas con quienes nos reunimos para realizar festividades de culto en conjunto, nos hemos esforzado por seguir contando con obras de teatro que fortalezcan nuestras raíces y dar más espacio a la cultura extendiendo puentes con la sociedad. Con la pandemia realizamos el servicio de Rosh Hashaná y Iom Kipur, en cuya oportunidad contamos con la colaboración de los rabinos y directores, quienes lograron transmitir a todo el Ishuv chileno. Contamos actualmente con mil nuevos sidurim y durante estos ocho años hemos mantenido nuestro compromiso y participado activamente en la Federación Sefaradí Latinoamericana.

Como un hombre apasionado, Abraham confiesa que le hubiese gustado ver materializada la nueva sede de la Comunidad Sefaradí de Chile, a pocos meses de concluir su cuarto período, expresa sentirse dichoso con lo logrado.