COMUNIDAD SEFARADÍ

CISefaradí: Cuarentena y judaísmo

Por rabino Efraim Rosenzweig

Una de las palabras que más se han incorporado al lenguaje público en el último año es la palabra cuarentena. Si observamos el diccionario veremos que esta palabra tiene muchas acepciones en el Diccionario de la Real Academia, pero la séptima de ellas es la que mejor identifica lo que hoy vivimos que es “aislamiento preventivo durante un periodo de tiempo de seres humanos o animales para evitar un contagio”.

Recuerdo cuando era niño la primera vez que escuche ese término, se refería a los astronautas que retornaron del primer viaje a la luna y debieron hacer una cuarentena por el temor de haber contraído alguna extraña enfermedad, virus o bacteria desconocida en la tierra y que podrían diseminar al entrar en contacto con otros seres vivos aquí en la tierra.

La palabra cuarentena derivaría del término italiano quaranta giorni, cuarenta días que a la vez vendría del latín quadraginta. Este término se comenzó a usar con el sentido médico que hoy conocemos durante la famosa peste negra que azoló a Europa en el siglo XIV y esto se comenzó a aplicar en Venecia.

Lo cierto que hoy en día este término no se aplica a cuarenta días sino a cualquier periodo de aislamiento que se establezca.

¿Hay alguna relación entre el judaísmo y nuestros textos sagrados a este tema?

Por cierto, el numero cuarenta aparece en numerosas ocasiones en la Torá para señalar un período de tiempo más o menos extenso.

Moshé subió y permaneció en el Monte Sinaí por periodos de cuarentas días y noches. Los exploradores enviado por Moshé a recorrer la tierra de Israel se tomaron cuarenta días en recorrer toda su extensión y relacionado con ello el pueblo de Israel debió permanecer cuarenta años en el desierto para finalmente poder ingresar a la tierra de Israel.

Pero estas menciones no hacen referencia a temas sanitarios. Sin embargo, la lectura de las parashiot de unos Shabatot atrás, si tiene que ver con la idea de aislamiento, no de cuarenta días pero si de un periodo de semanas. En efecto, la lectura de las porciones de Tazría Metzorá nos hablan de situaciones relacionadas a una afección a la piel llamada metzorá, al que algunos asocian a la lepra y que traía aparejado un aislamiento del enfermo y que los sabios del Talmud le entregan un componente Ético-Espiritual. La persona encargada de verificar la evolución de la enfermedad era el cohen que actuaba, así como médico espiritual.

Es interesante hacer referencia a que la Torá menciona que hasta

el bigote debía cubrirse el enfermo, tal vez anticipando algún tipo

de mascarilla, tal como las usamos hoy.

Esta explicación teórica de la enfermedad, se demostró prácticamente al producirse la enfermedad en el caso de Miriam la hermana de Moshé, que fue de alguna manera castigada como consecuencia de su hablar negativamente de la esposa de Moshé usando términos que nuestros sabios sostienen que era lashón hará (mal uso de la lengua).

El castigo que recibió Miriam fue la enfermedad de la lepra por lo que debió ser aislada del resto del pueblo de Israel, permaneciendo fuera del campamento hasta su curación.

Esta relación entre lashón hará y enfermedad, que se curaba con el aislamiento, tal vez hace referencia a que es a través del silencio y el alejamiento del diálogo vano, de la habladuría y el chisme que se puede alcanzar una relación más sana entre los seres humanos y la sociedad.

Anhelamos que pronto el esfuerzo del aislamiento redunde

en una curación y sanción de la sociedad como le fue en

tiempos bíblicos.

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