En diciembre, el Instituto Hebreo recibió la certificación de calidad de la Fundación para la Confianza, un sello que reconoce que nuestro colegio ha pasado por un proceso de prevención, detección y reacción adecuada y oportuna de la violencia y el abuso sexual infantil.
Los Establecimientos Educacionales, por su estructura y propósito, son espacios claves para garantizar el bienestar físico y psicológico de su comunidad. En 2022, nuestro colegio se vio frente a la necesidad de reflexionar en profundidad sobre un tema muy duro y complejo como es el abuso sexual infantil, así como también revisar, mejorar y validar los protocolos existentes, la infraestructura edilicia y los procedimientos internos.
Si bien muchas veces nos gustaría que los procesos tomaran menos tiempo, la experiencia nos ha demostrado que los cambios profundos requieren de mucho trabajo y que de nada sirven las acciones aisladas o los atajos. Por esta razón, nos aliamos con la Fundación para la Confianza de Chile, para que, a través de una asesoría, nos acompañe en este difícil pero tan necesario camino que debíamos atravesar como comunidad.
A modo de cierre, entrevistamos a Ana María Sáenz, coordinadora de la Unidad de Apoyo Pedagógico (UAP), para que nos comparta sus reflexiones de este proceso integral que involucró a todos los actores de nuestro colegio.
¿Cuál es el balance que haces tras finalizar esta alianza?
Desde el punto de vista psicológico, el abuso sexual deja huellas profundísimas en las personas. Son temas que deben trabajarse por mucho tiempo y que afectan las vidas en la mayoría, por no decir todos, sus ámbitos.
El abuso sexual es un delito que deja una lesión que requiere de un largo y amplio apoyo en diferentes momentos de la vida.
Sabemos por estudios realizados en nuestro país, que lo han sufrido 1 de cada 5 niños/as, transversal a diversas realidades.
La prevención es muy importante, porque si bien podemos enseñarles a niños y niñas acciones de autocuidado, lo más relevante es hacer que los entornos sean protectores, seguros y de confianza. El conocer, el saber, el capacitarnos permanentemente contribuye a ser un entorno así.
Por lo anterior y como sistema educativo, tenemos la misión de ser un entorno seguro, apoyarnos mutuamente con los padres y fortalecer la formación en el autocuidado de nuestros niños y niñas.
Cada etapa del proceso nos fue entregando aprendizajes y nos mostró la necesidad de capacitar a la comunidad escolar completa para incorporar conceptos y saber reaccionar cada vez de mejor manera frente a un suceso (Diagnóstico, Capacitación y Formación, Mejoramiento y Validación). Nos enfrentó a la realidad que en nuestra comunidad el abuso puede existir, que debemos saber y prepararnos para actuar, que el cómo lo enfrentamos puede apoyar de mejor manera el duro camino de su abordaje y recuperación. Que debemos mantener una confianza lúcida, aquella que, sin ponernos en el lado de la desconfianza, tampoco nos deja en una confianza ciega, sino que siempre responsables y en alerta.
En el caso de los profesores y colaboradores, las capacitaciones fueron una buena oportunidad de actualizar sus conocimientos, de precisar conceptos, de entender que el acoso sexual infantil no es solo una vulneración de derechos, sino un delito. Aprendimos también que como instancia educacional somos garantes del bienestar y de la salud física y psicológica de los niños y niñas, y por lo tanto, tenemos obligaciones hacia ellos. Y si bien siempre estuvimos muy comprometidos con este tema, esto nos compromete aún más.
Nos permitió estar más alertas, más preocupados.
Aprendimos una forma de abordar situaciones de vulneración de derechos que responde a la sigla ACODE: Acoger, Contener y Derivar. También a cómo hacer las primeras aproximaciones o distinciones frente a una sospecha o develación. Porque nuestra instancia escolar es un espacio de confianza, y los niños nos cuentan lo que les sucede.
¿Cómo respondieron los estudiantes en los espacios de conversación con la Fundación?
Especialistas de la Fundación se reunieron con nuestros estudiantes de los diversos ciclos y niveles para abordar temáticas de prevención. El interés de los alumnos/as, en especial los de educación media, los movilizó a preguntar y cuestionarse acerca del tema. Se abordó el tema del consentimiento. Este tema impulsó muchas inquietudes, extendiéndose estas charlas más del tiempo designado.
¿Y en el caso de las familias?
Agradecemos a todas las familias que participaron en las capacitaciones online con el fin de promover un espacio protector, aún cuando nos hubiera gustado contar con mayor asistencia.
Tenemos mucho interés como colegio en generar alianzas con los padres y acompañarlos en el desarrollo de sus hijos e hijas, pero si no contamos con su participación y apoyo nos quedamos solos en esa misión.
¿Y cuáles serán los próximos pasos tras haber culminado el proceso?
Ahora nos encontramos en la etapa que tenemos que sensibilizar, socializar y mantener las acciones de prevención en nuestra comunidad escolar completa. Terminamos el trabajo con la Fundación, pero se inicia por parte nuestra, la siempre vigencia de estas acciones de prevención en nuestra comunidad. Así, difundir los nuevos protocolos con sus acciones especialmente entre los padres, docentes y funcionarios, como también entre nuestros niños y niñas grandes. Continuar con nuestro programa de Formación y Orientación, apoyando las acciones de autocuidado y de manera muy relevante, fortalecer la alianza y participación de trabajo conjunto con los padres.