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“El día que nunca termina”

Conmemoración a dos años del 7 de octubre

Han pasado dos años desde aquella mañana que cambió para siempre la historia del pueblo judío. El 7 de octubre de 2023, el amanecer se convirtió en pesadilla. Miles de terroristas irrumpieron en territorio israelí y, frente a los ojos del mundo, mostraron la maldad en su forma más pura. Fue un día que nos atravesó el alma y que aún resuena como una herida abierta. Pero también fue el comienzo de una demostración de fortaleza, unidad y amor por la vida.

El pasado 16 de octubre, más de 2.000 personas se reunieron en el Estadio Israelita para conmemorar este segundo aniversario bajo el lema “El día que nunca termina”. La ceremonia, organizada por la Comunidad Judía de Chile junto a la Embajada de Israel, fue un encuentro profundamente emotivo, marcado por el recuerdo, la resiliencia y la esperanza. En cada mirada, en cada vela encendida, y con un silencio absoluto se hizo sentir el compromiso de no olvidar y de continuar defendiendo la verdad.

Durante el acto, se recordó a las víctimas y se honró la memoria de los más de 1.200 israelíes asesinados aquel día. También se celebró, entre lágrimas y abrazos, el regreso de los secuestrados que hoy están con vida. La emoción era indescriptible: después de tantos meses de incertidumbre y dolor, verlos volver a casa renovó la fe y la gratitud. Pero el mensaje fue claro y firme: no descansaremos hasta que todos los secuestrados, también los asesinados cuyos cuerpos aún permanecen en Gaza, regresen a casa.

En estos dos años, la comunidad judía no se rindió. En Chile y en el mundo, se alzaron voces, se realizaron vigilias, charlas, caravanas y actos públicos. 

Jóvenes y adultos, unidos, demostraron que frente al odio, la respuesta siempre será la vida.

El judaísmo nos enseña a construir incluso desde el dolor. 

Nuestra historia, desde la Inquisición hasta la Shoá, y ahora el 7 de octubre, es testimonio de un pueblo que elige la memoria, la justicia y la esperanza por sobre la venganza. Como expresó uno de los oradores, “Israel nunca quiso la guerra; solo quiso vivir en paz. Pero cuando la vida está en peligro, defenderla se vuelve un deber moral”. Reflexionó Alfredo Misraji, presidente de la Comunidad Judía de Chile.

El acto cerró con un momento de reflexión y con un mensaje que sintetizó el sentir de todos los presentes:

“El 7 de octubre nos marcó para siempre, pero también nos recordó que el pueblo judío no se quiebra. Seguimos de pie, con la frente en alto, con la historia como guía y la esperanza como herencia”.