El ser humano es un ser social: es en grupo donde se crece, desarrolla habilidades, así como constantemente está generando nuevos espacios de encuentro e intercambio social. En la vejez esto no cambia, pese a que puede haber factores externos que impactan en la participación o integración social de los adultos mayores.
La amistad así como es importante en nuestra etapa de niñez o juventud, es muy importante y un gran apoyo en la medida en que se transita la adultez.
Los amigos son las personas con las cuales compartimos la vida, celebramos nuestros triunfos y nos apoyan en los momentos difíciles.
En la medida en que envejecemos, la amistad no necesariamente decae, aunque a veces se se reduzcan los espacios de encuentro físico con los amigos o experimentemos la pérdida de algunos de ellos.
Es sabido que promover instancias de encuentro y participación no sólo impacta positivamente en la dimensión afectiva, sino que influyen positivamente a nivel cognitivo, siendo factor protector incluso frente a algunos trastornos neurocognitivos, así como mejoran la calidad de vida de la persona mayor.
Un adulto mayor que tiene contacto con otras personas, en general, se siente más feliz, integrado a la sociedad y con mejor autoestima.
Por eso, las residencias comunitarias son un muy buen espacio para reencontrarse con las amigas y amigos de la vida, para poder hacer nuevas amistades, para generar los espacios donde socializar con otros.
En CISROCO somos conscientes de estos beneficios, por lo mismo procuramos estar generando constantemente espacios en la vida cotidiana que estimulen el encuentro, conversación y participación, evitando el aislamiento social, dentro de un clima de libertad y autonomía. Por ello, estimulamos a que nuestros residentes participen en actividades y talleres, que realicen sus comidas junto a otros y cuando notamos signos de aislamiento, soledad o depresión, acompañamos para intervenir en lo que pueda ser una merma a la participación.
Valoramos profundamente las ideas que los mismos adultos mayores, a través del contacto individual o grupal, pero también desde las propuestas que se van suscitando por parte de ellos, como son los espacios semanales de tertulias, las asambleas, los momentos libres de encuentro y comunicación, entre otros, que permiten sentirse en casa, validado y valorado.
Una residencia que tiene las puertas abiertas no sólo a las personas mayores, sino también a sus amistades y seres queridos, es un lugar donde se fomenta la participación y el mantenimiento de redes de apoyo, así también será un lugar donde se estimula la autonomía y reafirme la identidad personal. Por eso en CISROCO, trabajamos para ofrecer a los adultos mayores el máximo de posibilidades de integración, amistad y valoración del adulto mayor.
