En Beit Israel, concebimos el bienestar como un proceso integral, donde cada persona es acompañada en sus distintas dimensiones: física, emocional, social, familiar y espiritual. La tercera edad representa una etapa de la vida rica en experiencias y aprendizajes, que merece ser transitada con respeto, acompañamiento profesional y calidez humana.
El cuidado físico: preservar la autonomía y la salud
El bienestar físico constituye uno de los pilares esenciales de nuestro modelo de atención.
Un equipo interdisciplinario de profesionales diseña programas personalizados que buscan conservar la movilidad, prevenir riesgos y promover la autonomía.
Nuestros talleres de psicomotricidad fortalecen el equilibrio, la coordinación y la seguridad en los movimientos, fundamentales para prevenir caídas y mantener la independencia en las actividades diarias. La gimnasia médica, siempre bajo supervisión especializada, permite a cada residente ejercitarse en forma segura, adaptando los esfuerzos a sus capacidades individuales. Esta práctica favorece la tonicidad muscular, mejora la circulación, alivia dolencias articulares y contribuye al bienestar general.
A través de la activación global, se trabaja simultáneamente el cuerpo y la mente, estimulando funciones cognitivas como la memoria, la atención y el razonamiento, tan importantes para una vida activa y participativa.
El acompañamiento emocional y social: promover el bienestar afectivo
En nuestra residencia, entendemos que el bienestar emocional es tan importante como el físico.
Por ello, desarrollamos múltiples actividades recreativas y sociales que enriquecen la vida diaria de nuestros residentes.
Los bingos comunitarios, los aperitivos sociales y los tradicionales juegos de cartas y dominó crean espacios de encuentro, entretenimiento y fortalecimiento de los vínculos interpersonales. Cada actividad es una oportunidad para compartir, reír y mantenerse conectado con los demás, favoreciendo el estado de ánimo, la autoestima y el sentido de pertenencia.
Además, organizamos talleres culturales, celebraciones y actividades artísticas que permiten a cada residente expresar su creatividad, mantener la mente activa y disfrutar de experiencias significativas.
El rol de la familia: un acompañamiento compartido
Sabemos que el acompañamiento familiar es fundamental para el bienestar integral del adulto mayor.
Por ello, fomentamos una relación fluida y cercana con las familias, invitándolas a ser parte activa de la vida diaria de la residencia.
A través de visitas, participación en actividades, celebraciones y encuentros especiales, los familiares se integran a la comunidad, fortaleciendo los lazos afectivos y ofreciendo a sus seres queridos el apoyo y la contención emocional que tanto valoran.
Nuestro equipo también brinda orientación y apoyo a las familias, acompañándolas en este proceso, resolviendo inquietudes y ofreciendo siempre un espacio de diálogo abierto y respetuoso.
La dimensión espiritual: sostén y sentido
El bienestar espiritual ocupa un lugar central en nuestra propuesta de cuidado integral.
Somos una residencia de identidad judía, abierta y respetuosa, donde cada residente puede mantener viva su conexión con las tradiciones, la fe y la vida comunitaria.
Contamos con espacios de encuentro espiritual, como los servicios de Kabalat Shabat, donde residentes y familias comparten momentos de reflexión, plegaria y comunidad, renovando cada semana el sentido de pertenencia y continuidad.
Los encuentros de “Almorzando con el Rabino” son instancias muy valoradas, donde se abordan temas de actualidad, tradiciones y valores, permitiendo el intercambio de ideas, el aprendizaje y el acompañamiento espiritual personalizado.
Asimismo, promovemos actividades comunitarias y celebraciones de las festividades judías, ofreciendo a cada residente la oportunidad de vivir y compartir sus tradiciones, generando un espacio de identidad, arraigo y transmisión intergeneracional.
Nuestro compromiso: cuidar con dignidad, calidez y profesionalismo
En nuestra residencia, cada residente es único. Nuestro equipo profesional —conformado por terapeutas, médicos, enfermeros, kinesiólogos, psicólogos, nutricionistas, rabino y personal de apoyo— trabaja en forma integrada, brindando un acompañamiento que equilibra el profesionalismo con el calor humano.
Aquí no sólo se brinda cuidado: se ofrece un hogar donde se respeta la individualidad, se promueve la autonomía y se celebra la vida en todas sus dimensiones.
Porque estamos convencidos de que envejecer es seguir construyendo, seguir compartiendo y seguir viviendo con sentido, acompañados por la familia, la comunidad y la espiritualidad.