JERUSALÉN EN EL BOSQUE:
RECORDANDO LA RESISTENCIA JUDÍA EN BIELORUSIA
León Lanis Ventura
Recién habiendo celebrado Pesaj, creo que es interesante recordar o traer a la luz historias similares recientes de nuestro pueblo. Los judíos hemos vivido cientos de éxodos y cientos de “Egiptos” (metaforicamente hablando). En este artículo hablaremos justamente de una historia que evoca elementos bastantes similares al éxodo de Egipto: la triada Bielski y la resistencia judía de Bielorusia en la Shoá.
Nueve días antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno Nazi firma un acuerdo de no agresión con los Sovieticos, formalmente conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop de 1939. Naturalmente, la intención del pacto era que los Nazis aseguraban a los Soviéticos que no invadieran su territorio a cambio de una relación beneficiosa mutua. La URSS gana la mitad de Polonia gracias a este pacto de no agresión. Este status quo se mantendría intacto durante los primeros años de la guerra. Mientras tanto, los judíos de la Unión Sovietica vivirian una relativa calma, sin embargo de las constantes marginalizaciones que el gobierno de Josef Stalin impondría a las distintas comunidades judías.
Sin embargo, en julio de 1941, Hitler decide romper relaciones con la URSS y comienza la Operación Barbarossa, la invasión más ambiciosa, costosa y difícil de la historia. Más de 4 millones de soldados alemanes serían usados en dicha invasión para conquistar 2.900 km de territorio Ruso. Se discute bastante la razón detrás de esta costosa decisión de Hitler, pero las teorías principales son que Hitler veía el Bolchevismo como una ideología Judía que ponía en peligro sus ideales, su constante teoría del lebensraum o “espacio para vivir”, necesidad de recursos para seguir combatiendo a occidente y miedo a que la URSS los invadiera primero.
Durante los 5 meses y 13 días que duró la invasión, los judíos de la Unión Sovietica sufrirían masacres masivas. Más de 2 millones de judíos morirían por las unidades móviles de genocidio Alemanas, conocidas como Einsatzgruppen. Estrenarían los Nazis aquí tácticas nuevas, como las cámaras de gas móviles y el despiadado “holocausto por balas”, ideado por Adolf Eichmann y Heinrich Himmler.
Es aquí cuando entran los héroes de nuestra historia de hoy: los hermanos Bielski. Los Bielski eran una familia de 5 hermanos y dos padres, campesinos y oriundos de lo que hoy es Bielorusia. Durante los primeros días de la operación Barbarossa, los Bielski perderían a sus dos padres y un hermano tras la redada de Novogrudok. Tras la masacre, los 4 hermanos sobrevivientes -Tuvia, Aleksander ‘Zus’, Asael y Aaron escaparían al sombrío y pantanoso bosque de Naliboki. Allí, Tuvia -el mayor de los hermanos- reagruparía a 40 conocidos de las juventudes Sionistas para formar un grupo de partisanos, con la intención de rescatar judíos y defenderlos de la agresión Nazi.
Las primeras operaciones de este grupo de resistencia, conocido como la Triada Bielski, se basaría en la disrupción y sabotaje de las operaciones Nazi -especialmente en sus zonas de abastecimiento- y en la liberación de judíos de guetos aledaños al bosque. A su vez, Zus se dedicó a encontrar colaboradores bielorrusos que aportaban a la operación Nazi y los ejecutaba, tratando de dejar un claro mensaje a cualquier persona queriendo ayudar a la masacre de judíos.
Poco a poco, los Bielski sumarían judíos de todo ámbito a su campamento en el bosque. La palabra correría y judíos de muchas zonas escaparían de sus hogares o escondites para unirse a la tríada. La tríada Bielski llegaría a tener un total de 1.200 judíos.
Lo más destacable de esta historia es que, aún considerando las precarias condiciones en la que estos rebeldes vivirían, decidieron formar una comunidad judía organizada y funcional en este bosque. Los miembros de la tríada decidieron llamarla “la Jerusalén en el bosque”. Aquí, organizarían una sinagoga que permitiera hacer shabat, una faena kosher de la comida, un hospital, un colegio judío, zonas para reparado de ropa, armas y otras herramientas, entre otros servicios básicos para una vida digna.
Como la vida era muy difícil y las raciones de comida no eran las ideales, los Bielski divisaron un plan ingenioso para conseguir comida y recursos. Durante la invasión Nazi a la URSS, los rusos organizaron ejercitos locales conocidos como ejercitos caseros. Su conscripción se basaba en gente de todas las edades que pudiese tomar un rifle y salir a combatir a los Nazis donde sea. Sin embargo, estos ejércitos caseros carecían a veces de voluntarios o de capacidad para realizar operaciones de alto riesgo, especialmente aquellas dedicadas a destruir líneas de Panzers alemanes. Entonces, Tuvia y Zus hicieron un acuerdo con los generales de estos ejércitos, proponiendo ellos dedicarse a las operaciones más riesgosas a cambio de comida y recursos. Los Rusos aceptaron pero con mucha desconfianza, ya que el estereotipo que se tenía de los judíos es que eran cobardes o debiles. La triada Bielski rompería todo esquema Ruso, realizando operaciones de alto riesgo y creando un verdadero infierno a los Nazis que operaban en dicha zona.
En enero de 1942, los Rusos tendrían su primera gran victoria contra los Nazis en Leningrado. Tras semanas de cruda lucha, los Nazis comenzarían su gran retroceso que duraría hasta 1944, cuando los Rusos destruyen Berlín y terminando con el suicidio de Hitler. Entre 1942 y 1943, los Nazis intensificarían sus operaciones contra judíos, especialmente contra la tríada Bielski en Bielorusia que signficiaba un verdadero dolor de cabeza logístico para el ejercito Alemán. Por ello, los Nazis comenzarían la Operación Hermann, que redigiría los esfuerzos del ejército a literalmente cazar a los partisanos del bosque Naliboki, especialmente a los Judíos. Más de 60 grupos de partisanos serían masacrados durante esta acción. La insostenibilidad y precariedad de la situación obligó a Tuvia a tomar una difícil decisión, pelear hasta la muerte o llevar a la Triada a un lugar seguro. La decisión final fue esta última.
La Jerusalén en el bosque comenzaría su éxodo a territorio aliado en agosto del 43’. Uno de los hermanos señaló, años después, que parte de las razones porque la tríada decidió abandonar su posición fue porque el partido sovietico tenía mucha reticencia contra los Bielski, y que fueron amenazados por la NKVD (predecesor a la KGB) que serían ejecutados después de la guerra. Siendo perseguidos por escuadrones de las SS por tierra y por bombarderos de la Luftwaffe por el cielo, la tríada se encontraba rodeada por los nazis a un lado y por un gigantesco río al otro, el río Svisloch. Cuentan sobrevivientes de la tríada que el hermano menor de los Bielski -Aaron- contaría a la comunidad lo siguiente: “Si Dios no va a abrir estas aguas para nosotros, como lo hizo en Egipto, entonces seremos nosotros quienes deberemos cruzarlas”. Entonces, todos fueron instruidos para quitarse sus cinturones y las cintas de sus zapatos, amarrarlos unos con otros y formar una línea gigante para que todos puedan agarrarse de esta cuerda. 1.200 personas cruzarían el imposible Svisloch ese día, niños, bebés, mujeres embarazadas, adultos y ancianos por igual. La instrucción era no dejar a nadie atrás. El único Bielski que no saldría del bosque sería Asael, quién decidió quedarse atrás para pelear contra los Nazis.
Al final de esta sorprendente historia, los Bielski salvarían a un total de 1.200 judíos de las garras de los Nazis. Tuvia acuñó su famosa frase “es más importante para mi salvar a 1 judío que matar a 500 Nazis”. Gran parte de los sobrevivientes emigraron a Israel. Los hermanos Bielski, en cambio, emigraron a Estados Unidos, donde montaron una empresa de camiones y transporte. Tuvia, Zus y Aaron fueron ofrecidos puestos de comando en el incipiente ejército de Israel, pero lo rechazaron, especialmente Tuvia que se le ofreció el puesto de general. Se cree que la razón principal de este rechazo fue debido al miedo a la persecución de la KGB y las ganas de vivir una vida tranquila lejos del conflicto. Sin embargo, tras unos años de vida tranquila, el menor de los Bielski decidió hacer Aliyah y vivir en un Kibbutz, siendo actualmente el único Bielski vivo.
La historia de los Bielski y la resistencia Judía no solo es una epopeya de resistencia armada, sino que también un testamento ineludible del inquebrantable espíritu Judío y de nuestra obstinación y capacidad para construir un futuro digno, incluso en las condiciones más precarias. Esta historia, al igual que el Éxodo de Egipto, deben ser un constante recuerdo de que pase lo que pase, debemos luchar por ser judíos.