Actualidad, COMUNIDAD SEFARADÍ

Homenaje a Marcos León

Un legado inigualable de entrega y compromiso comunitario

 

El reciente fallecimiento de Marcos León (Z.L) deja un vacío profundo en el corazón de la comunidad judía, especialmente entre quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y trabajar junto a él. Su vida estuvo marcada por más de 50 años dedicados al completo desarrollo y bienestar de la comunidad Sefaradí. 

En revista Shalom, junto con la Comunidad Israelita Sefaradí, quisimos dedicar este espacio, como una humilde manera de agradecer y enaltecer su gran contribución comunitaria. ¡Vuela alto, querido Marcos, tu legado, será imborrable!

Por Daphne Dionizis. 

Un nombre que seguirá presente

“Mi viejo está en todas partes, es increíble cómo se nos ha acercado gente a dar su pésame y nos cuenta historias de él; personas que no tenemos idea quiénes son, pero lo bonito, es que siempre nos dicen, tu papá fue una excelente persona”, nos cuenta su hija Sandra. 

Y es así. 

Pocas son las personas que dejan una huella tan profunda en la Comunidad y se hace difícil expresar en palabras años de una entrega incondicional.

El liderazgo de Marcos impactó de muchas maneras y en varios cargos. Asumió la presidencia de la Comunidad el año 1978, ejerciendo dos periodos, hasta 1981. La presidencia de Marcos fue muy activa, con su personalidad receptiva, fuerte amistad con todos, entregaba confianza y atraía a muchos socios y amigos. 

“Su vida comunitaria en Concepción y la notable influencia de sus padres, hizo que al radicarse en Santiago se integrara de inmediato. Además de su numerosa familia formada por tíos, decenas de primos y cientos de amigos lo hicieron rápidamente ser el indicado para ir ocupando uno a uno, todos los puestos del Directorio incluyendo el de presidente y presidente honorario”, nos explica Samy Levy, ex Director de la Comunidad. 

Marcos demostró un liderazgo ejemplar, guiado por valores de unidad, respeto y visión. Durante su gestión, trabajó incansablemente para consolidar la identidad y tradiciones sefaradíes, impulsando proyectos que hoy forman parte fundamental de la vida comunitaria.

Mery Nachari, actual presidente de la Comunidad, agrega que resumir a Marcos es decir que fue un hombre tremendamente comunitario. Personas o socios como él, ya son muy pocos los que quedan. 

 

Lo que más destaco de Marcos es su perseverancia y su calidad humana. Él daba todo y siempre se colocaba en el lugar del otro y eso era grandioso en él.

 

Llevar la comunidad en el corazón y anteponerse a tu vida, dejando de lado la familia en varias ocasiones, son esfuerzos que hay que hacer, y Marcos León, muchas veces lo hizo. Su Comunidad era todo para él, todo. Él era capaz de correr por ella, de sentir la Comunidad en su corazón. 

Durante sus dos periodos como presidente, se perfilaba la necesidad de cambios de ubicación de la Comunidad y de la sinagoga a un barrio más acorde a la mayoría de las residencias de los socios. Es así como se logró la adquisición de los inmuebles en Avda. Lyon, tanto el N° 837 y luego  N° 812, siendo un antes y un después para la Comunidad. 

“Puedo decir que Marcos, junto con ser parte de varios directorios posteriores, fue muy leal a su Comunidad y sobre todo fue gran apoyo para los presidentes que siguieron. Lo digo personalmente por lo vivido mientras ejercí la presidencia en los períodos 1997 a 2000 y 2008 a 2010. Recibí todo su apoyo, entrega y colaboración, gran aporte con su experiencia y consejos. Fue una tremenda experiencia tenerlo a mi lado. Con él pudimos recuperar para la Comunidad el terreno del cementerio N° 2 de calle La Unión”, agrega Salomon Camhi, ex presidente de la Comunidad Sefaradí. 

Mery agrega que el proyecto más importante que él impulsó fue el de adquirir el cementerio, asumiendo el cargo de Director del área de cementerios y participando por más de 40 años en la Jevrá Kadisha, una labor que desempeñó con gran sensibilidad y responsabilidad. “Trabajar con él fue un orgullo, porque él me enseñó y me hizo estar en este lugar donde estoy hoy”, señala Mery, quien actualmente se dedica a esta labor en el área de cementerios.  

 

Su rol como miembro del Comité Consultivo fue crucial para la toma de decisiones estratégicas que beneficiaron a diversas generaciones. 

 

Con su vasta experiencia y sabiduría, Marcos se convirtió en una voz clave, siempre dispuesto a escuchar y a contribuir con soluciones innovadoras.

A su vez, Marcos fue representante de Chile en FeSeLa, Federación Sefaradí Latinoamericana, en donde fortalecía los lazos con otras comunidades y promovía la colaboración internacional en proyectos de interés común. 

 

Voces que honran su memoria

A pesar del dolor, sus hijos nos cuentan cómo fue tener a Marcos como su padre y ser partícipes de este inigualable servicio comunitario. Agradecemos a Sandra, Andrea, Silvia y Jacko por compartir estos recuerdos tan valiosos. 

 

Jacko ¿cómo vivieron ustedes su compromiso con la Comunidad durante su infancia? 

Siempre supimos que mi papá estaba metido en cosas comunitarias, siempre junto a la Comunidad Sefaradí, el cual dedicó toda su vida, siendo Presidente y trabajando por el cementerio, en donde logró grandes cosas, como conseguir el terreno del nuevo cementerio. Siempre nos contaba con orgullo que él fue quien vendió junto a otros la comunidad de Ricardo Lyon, y con eso se ha podido solventar gran parte de lo que es la comunidad hoy.

Ese amor que sentía por su comunidad, lo hacía sentir con la pasión que hablaba de ella, de su comunidad, de la gente que trabaja y trabajó junto a él.

Participó activamente en actividades relacionadas con el KKL, Keren Hayesod y actividades de la embajada, tenemos muchas fotos de él con Ex Políticos, como Shimón Peres Z.L. para él, continuar con la identidad judía era fundamental.

Jacko ¿qué lecciones les dejó su padre sobre el trabajo comunitario? 

Mi viejo nos enseñó la importancia de hacer comunidad, continuar con las tradiciones de nuestros ancestros y siempre estar disponible para el otro. Nunca debemos olvidar de dónde vinimos y de dónde vinieron nuestros antepasados, por ello mi viejo honraba tanto a los vivos como a los muertos.

Trabaja por los tuyos, porque muchos no lo harán, no esperes nada a cambio; porque te vas a defraudar, si la labor está bien hecha, entonces ganamos todos.

Silvia ¿qué aspecto de su trabajo los impactó más personalmente? 

Desde la formación de la segunda generación (parejas jóvenes, hijos de los fundadores de la Comunidad Israelita Sefaradí), mi papá asumió una destacada labor comunitaria, estando siempre disponible para cualquier necesidad. Ocupó roles clave como presidente, tesorero y encargado de cobranzas, además de colaborar activamente con la Jevrá Kadishá y liderar la renovación del cementerio. 

 

Su compromiso incluyó un constante apoyo al Estado de Israel mediante donaciones realizadas por los socios y una dedicación especial a las familias de bajos recursos.

 

Andrea, ¿qué aspecto de su legado comunitario los llena más de orgullo?

Mi papá se transformó en un personaje dentro de la Comunidad Judía en general. 

Se caracterizaba por su gentileza, caballerosidad, capacidad de negociar y conciliar puntos de vista para llegar a acuerdos.

 

Su labor era silenciosa y a la vez muy difícil, acompañar y contener a los avelim al momento de hacer las gestiones relacionadas con el cementerio, cobrar cuotas a los socios de la comunidad, organizar el sistema de entradas para Yom Kipur y conseguir donaciones. Era paciente, esperaba lo que tenía que esperar y después de una amena charla, conseguía los recursos que se necesitaban.  No importaba si tenía que recorrer a pie el centro de Santiago o partir a una empresa lejana, él conseguía su objetivo.

 

Andrea ¿Puedes compartir un recuerdo especial que refleje quién era él como padre y líder? 

Mi papá era un entusiasta en todo lo que emprendía. Defendía el valor de la identidad sefaradí, disfrutaba su amor por el cine, la pesca, los dulces y jugar su amado Telefunken. Siempre estaba al tanto de las noticias y seguía con constancia el mismo número de lotería que solía comprar su padre, nuestro abuelo Jacques León Gabay (Z’L). Un recuerdo que lo define es su espíritu crítico para analizar cualquier tema que le plantearan, ya fuera académico, laboral, económico o deportivo. Siempre aspiraba a que quienes lo rodeaban lograran lo mejor de sí mismos.

 

Sandra, ¿cómo los involucró en sus actividades comunitarias o les explicó la importancia de su labor? 

La verdad, es que nos comenzó a involucrar cuando ya éramos grandes, contándonos del cementerio y la labor que cumplía; además, de todo lo que caminaba y manejaba en el día para ir a cobrar las cuotas sociales de la Comunidad Sefaradí o donaciones, lo cual le iba bastante bien.

Más allá de eso, siempre nos hizo ver la importancia del judaísmo como esencia y tradición; no era para nada religioso, pero sí un buen judío, como dicen los Shkenazi, un Mensch.

¿Hay algún lugar o proyecto específico que les recuerde especialmente a él? 

Con mi hermana seguimos la tradición (espero que por un tiempo corto) de comprar su boleto de Lotería, el cual primero jugó su Padre Jacko, luego él y ahora nosotros (Sandra y Jacko) el mismo número por más de 70 años.

Como dije anteriormente, mi viejo siempre estará junto a nosotros, por su trabajo comunitario, obras realizadas, amistades y por sobre todo, por ese amor incondicional que un hijo siente por un padre, por ello lo recordamos en todo momento.

 

Un ejemplo para las futuras generaciones

La huella que deja Marcos León es indeleble. Su legado trasciende generaciones y perdurará en las vidas que tocó con su bondad, liderazgo y dedicación.

 

La Comunidad Judía pierde a un gran líder, pero su memoria será una inspiración constante para quienes siguen trabajando por ella. 

“Como hijo me comprometí a acudir a la Comunidad Sefaradí, hacerme socio y participar activamente, quién sabe si próximamente presido esa comunidad, mi viejo estaría orgulloso de ello y siempre me dijo, “La Sefaradí debe volver a ser lo que fue, la Comunidad más grande de Chile”, yo creo que ese fue su mayor deseo desde que dejaron la comunidad en Lyon”, expresa su hijo Jacko.