El Centro de Salud Mamaria Anat y Amnon Shashua del Shaare Zedek Medical Center ha desarrollado un programa pionero que ofrece cuidado anestésico sin necesidad de anestesia general. Utilizando bloqueos nerviosos y sedación profunda, este enfoque representa una alternativa menos invasiva y más segura para las pacientes.
Liderado por el Dr. Ariel Grass, con el apoyo de la cirujana Dra. Yahelli Miller, este procedimiento permite una recuperación más rápida y sencilla. Con técnicas avanzadas y personalizadas, el equipo transforma la experiencia quirúrgica, ofreciendo una opción con mayores beneficios a las mujeres que requieren cirugía mamaria.
Conversamos con el Dr. Grass para entender cómo esta técnica innovadora está marcando un cambio significativo en el enfoque de las cirugías mamarias y en la calidad de vida de las mujeres que se someten a ellas.
Dr. Grass, cuéntenos sobre su trayectoria.
Soy Ariel Grass, hijo de Alejandro Grass Z.L. y Paulina Bialostocki. Durante mi juventud en Chile, fui madrij en el movimiento juvenil Maccabi Hatzair. Estudié en el Instituto Hebreo y me gradué como médico en la Universidad de Chile.
Con el apoyo de mi esposa Vivian, hicimos Aliá desde Chile hace 10 años, persiguiendo una oportunidad laboral y espiritual muy motivante. En Israel, me especialicé en Anestesiología en el Shaare Zedek Medical Center, afiliado a la Universidad Hebrea de Jerusalém. Posteriormente, realicé dos fellowships en Anestesia Regional y Manejo del Dolor en la Universidad de Toronto, Canadá, trabajando en los hospitales Toronto Western y Sunnybrook.
Actualmente, vivo en Jerusalén y trabajo en Shaare Zedek Medical Center, un hospital de alta complejidad y centro de trauma. Gracias a las técnicas avanzadas adquiridas en Canadá, lidero el desarrollo de la Unidad de Anestesia Regional y capacito a otros profesionales. También dirijo una clínica especializada en el manejo del dolor para cirugía mamaria, diseñando planes personalizados para cada paciente.
¿Qué lo inspiró a utilizar bloqueos nerviosos en lugar de anestesia general?
Durante mi especialización en Toronto, perfeccioné técnicas de anestesia regional que permiten un control eficaz del dolor reduciendo significativamente el uso de los medicamentos opioides como la morfina. Los bloqueos nerviosos consisten en aplicar anestésicos locales alrededor de los nervios responsables del dolor quirúrgico.
Este procedimiento, guiado por ultrasonido, asegura precisión y evita dañar estructuras cercanas, como vasos sanguíneos.
Aunque estas técnicas suelen usarse como complemento a la anestesia general, mi experiencia y resultados me sugirieron que podían ser igualmente eficaces como alternativa principal. Esto elimina la necesidad de ventilación mecánica, parálisis muscular y altas dosis de medicamentos sedantes, reduciendo significativamente los riesgos asociados.
¿Cómo describiría los beneficios de esta técnica en comparación con la anestesia general?
La diferencia es notable. En anestesia general, las pacientes suelen requerir dosis elevadas de sedantes, paralización de la musculatura respiratoria y ventilación mecánica para mantener una respiración adecuada. Esto conlleva riesgos como daño de los dientes y estructuras blandas de la boca, hipotensión, náuseas, dolor de garganta y un despertar prolongado retrasando el regreso a las actividades habituales del paciente.
Con los bloqueos nerviosos y sedación profunda, se usan menos dosis de anestésicos, y las pacientes pueden respirar espontáneamente sin necesidad de ventilación mecánica. Esto permite una recuperación más rápida, menos invasiva y con menos efectos secundarios. Además, la experiencia postoperatoria es mucho más positiva: las pacientes despiertan sin somnolencia excesiva, náuseas ni vómitos, y pueden retomar actividades básicas en pocas horas.
La inyección se realiza en la zona superior del pecho, bajo la clavícula, o en ocasiones en la espalda al lado de la zona media de la columna (no donde se hace la epidural, sino al lado), en el origen del viaje de los nervios hacia adelante alrededor del tórax. El procedimiento no genera un dolor importante, dado que se anestesia la zona donde se hará el bloqueo, antes con una inyección muy fina, y esto bajo sedación consciente. Básicamente a través de una vía endovenosa, administro medicamentos sedantes, realizo los bloqueos y luego profundizo el nivel de sedación facilitando un sueño controlado.
¿Qué beneficios emocionales ofrece este enfoque?
Evitar la anestesia general tiene un impacto significativo en el bienestar emocional de las pacientes. Al despertar de manera natural, sin parálisis muscular ni efectos secundarios asociados a opioides, sienten mayor control sobre su cuerpo.
Esto reduce el estrés y el trauma emocional, que a menudo acompaña a las cirugías mayores.
Además, el hecho de no depender de ventiladores mecánicos o medicamentos fuertes contribuye a una experiencia quirúrgica más tranquila y satisfactoria.
¿Qué barreras existen para que esta técnica sea adoptada globalmente?
La principal barrera es la formación especializada necesaria. Aplicar bloqueos nerviosos con precisión requiere una sólida comprensión de la anatomía y de técnicas quirúrgicas utilizadas por el cirujano, destrezas avanzadas en el manejo del ultrasonido y experiencia en el ajuste de la sedación profunda de manera segura, evitando riesgos asociados.
Además, no todos los hospitales cuentan con los recursos tecnológicos necesarios, como equipos de ultrasonido de alta resolución. Sin embargo, la creciente demanda por técnicas menos invasivas está impulsando el interés en la anestesia regional, especialmente entre las nuevas generaciones de anestesiólogos.
¿Cómo ha cambiado su rol como anestesiólogo con este enfoque?
Este avance me ha llevado a dedicar más tiempo a la planificación personalizada de cada bloqueo nervioso, ajustando la técnica a las necesidades específicas de cada paciente y la localización exacta de la cirugía.
Además, me exige permanecer alerta durante la operación para adaptar el tratamiento según los estímulos de dolor que puedan surgir.
Saber que puedo contribuir a hacer más llevadero el proceso quirúrgico para mujeres que ya han atravesado tratamientos difíciles, como la quimioterapia, es una gran motivación.
Esto me ha llevado a invertir un tiempo significativo en estudiar, optimizar, y planificar planes de cuidado junto a la Dra. Miller. Para cada paciente, discutimos y coordinamos el tratamiento más apropiado para la cirugía y el periodo post operatorio.
¿Cuál es su visión sobre el futuro de estas técnicas?
La adopción de métodos menos invasivos que priorizan el bienestar del paciente es una tendencia creciente en la medicina. Evitar la anestesia general en cirugías donde no es estrictamente necesaria puede transformar la práctica médica, proporcionando mejores resultados postoperatorios y promoviendo una recuperación más rápida.
Espero que estas técnicas se sigan expandiendo, permitiendo a más pacientes disfrutar de los beneficios de una cirugía menos invasiva y centrada en su calidad de vida.
Es un honor ser parte de este avance y contribuir a una medicina más efectiva y centrada en el paciente.