Actualidad, B´NAI B´RITH

Sar-El: Testimonio en primera persona de una Experiencia Transformadora

¿Alguna vez has sentido la llamada de hacer algo significativo por los demás, por una causa que te mueve el corazón?

Así es como nos sentimos un grupo de 26 voluntarios hispano parlantes, procedentes de diferentes rincones del mundo, al unirnos al programa de voluntariado Sar-El en Israel. 

Permíteme llevarte a través de nuestra emocionante travesía, llena de encuentros conmovedores y experiencias transformadoras.

 

Nuestro viaje comenzó el recién pasado 17 de marzo, cuando llegamos al aeropuerto Ben Gurion. Allí fuimos recibidos por nuestros tres madrijim, jóvenes soldados que hablaban español y mostraban una gran preocupación por nuestro bienestar. Desde ese momento, supimos que estábamos en buenas manos.

Formábamos un grupo diverso, compuesto por 12 chilenos, entre los cuales 8 éramos Hermanos de distintas filiales de B’nai B’rith, además de voluntarios de otras nacionalidades, incluso algunos no judíos. Esto nos sorprendió gratamente y nos inspiró, al ver su compromiso y amor por Israel.

Durante nuestra primera semana, nos encontramos en una base en el centro del país, conviviendo con cientos de soldados en pleno entrenamiento. Compartimos cada comida y cada momento con ellos, sintiendo su cariño y agradecimiento por nuestro deseo de ayudar y apoyar a los nuestros y a la tierra de nuestro Pueblo. “Nos impresionó el ánimo y la fuerza que irradiaban en todo momento estos jóvenes”, compartió uno de nuestros compañeros.

Una de las noches memorables fue cuando conocimos a David, un joven soldado argentino que decidió hacer aliá y unirse al ejército. Nos contó sobre su motivación y la intensidad del entrenamiento, llenándonos de orgullo al escuchar cómo defendía al Pueblo y Estado judío. Además, tuvimos el honor de entregarle a su unidad 40 gorros de lana tejidos con amor por dos señoras de nuestra Comunidad, una experiencia profundamente emotiva.

En la segunda semana, nos trasladamos a una base médica cerca de Tel Aviv, donde nuestro trabajo se enfocó en abastecer al ejército con suministros médicos. Aquí, compartimos con un grupo de voluntarios de habla inglesa y nos sumergimos en la importancia de nuestra labor.

Luego, llegó el momento de despedirnos de la mayoría del grupo, una experiencia agridulce que nos dejó con los ojos llenos de lágrimas. Sin embargo, para quienes tuvimos la suerte de continuar una tercera semana, nos esperaba una nueva aventura en una base en el sur de Israel, cerca de Beer Sheva.

Aquí, nos dividieron en grupos y nos sumergimos en diversas tareas, desde lavar y engrasar cadenas de tanques hasta clasificar uniformes por talla. Cada actividad nos acercaba más a la realidad de los valientes soldados que protegen a Israel día a día.

Una de las experiencias más especiales fue la visita de Yair, hijo de una voluntaria, un soldado que no tiene familia en Israel, quien compartió con nosotros sus experiencias y la profunda conexión que siente con su país.

En resumen, nuestra experiencia en Sar-El fue verdaderamente transformadora. Nos llevamos con nosotros el profundo sentimiento de hermandad y el firme compromiso de seguir apoyando a Israel. Como dijo uno de nuestros compañeros: “Israel merece toda la ayuda, que todos somos capaces de aportar y que debemos incentivar a jóvenes y adultos para que se atrevan a vivir una experiencia enriquecedora y única”.

 

Nos preguntan si lo repetiríamos y la respuesta unánime es un “¡¡¡Siiii!!!”

Hoy, nos sentimos más seguros caminando por las calles de Tel Aviv y Jerusalén que en nuestros propios países de residencia, y todo gracias a la valentía y el amor de los soldados que cuidan día y noche, ayer, hoy y por siempre a Eretz Israel. 

Am Israel Jai.

 

Para mayor información sobre este programa y como participar te invitamos a visitar su sitio web: https://www.sarel-latam.com/