Como colegio nos sumamos todos los años, con compromiso y sentido de continuidad a las actividades conmemorativas de Iom Hashoa, Iom Haatzmaut y Iom Hazikaron, potenciando a nuestros alumnos a asumir compromiso con nuestra historia y con la continuidad de nuestro pueblo.
Cada año, como comunidad educativa nos reunimos en un profundo momento de reflexión y conmemoración durante Iom Hashoa, el Día del Recuerdo del Holocausto. Este año no fue la excepción, y en colaboración con el Archivo Judío y WIZO Chile, nos sumamos a la campaña internacional “Shem ve Ner”: una vela, un nombre.
Esta campaña liderada en Chile por el Archivo Judío, quienes nos invitó a participar como colegio, consistió en una jornada especialmente significativa en que todas nuestras alumnos de High School- junto a voluntarias de WIZO Chile- armar mil velas para ser repartidas en toda la comunidad judía.
Lo significativo de estas velas es que cada una de éstas, tiene el nombre de una mujer judía asesinada durante el Holocausto, y busca que- el día de Iom Hashoa-sean encendidas en mil casas judías por todo un día, para así elevar sus almas y recuerdos con luz que emerge de la oscuridad.
Tradición simbólica que evoca la esperanza y el compromiso de nunca olvidar las lecciones del pasado.
Por su parte, y en un hecho histórico y profundamente significativo, tuvimos el honor de recibir en nuestro colegio una Torá sobreviviente de la Shoá con 200 años de antigüedad, y que fue leída por primera vez después de 80 años por nuestros alumnos,
La historia de esta Torá también conectó a toda nuestra comunidad educativa con nuestras raíces ancestrales, la historia de nuestro pueblo y muy significativamente con la importancia- más que nunca- de la continuidad y el profundo orgullo de ser judíos y cumplir con las mitzvot.
La Torá que llegó a Chile gracias a gestiones de nuestra apoderada Alejandra Nudman y el Archivo Judío, fue recibida en nuestro colegio con gran alegría por parte de nuestros alumnos, y entregada a nuestro School Rabbi, R.Chaim Rosenbaum quien la leyó por primera vez después de 80 años. Luego, fue trasladada a la sinagoga Torat Jaim, donde será custodiada como ejemplo vivo de la resiliencia de nuestro pueblo.
Ambas actividades fueron un recordatorio poderoso de la importancia de reflexionar y aprender del pasado. Estas iniciativas no solo honran la memoria de los que sufrieron, sino que también transmiten un mensaje de resiliencia, solidaridad y compromiso con los valores fundamentales de nuestro pueblo.
Con estos buscamos asegurar que las generaciones futuras continúen defendiendo la memoria y los principios de Am Israel.
