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Roberto Avram: líder nato

Roberto Avram: A un año como sheliaj de Keren Hayesod Chile 

A un año de tomar el cargo como Sheliaj en Keren Hayesod Chile, Roberto Avram llegó a nuestro país junto a su esposa Dana y sus hijos Mia, Eva y Leo, para asumir la gran responsabilidad de liderar la fundación que apoya a fortalecer las comunidades desfavorecidas en Israel, a personas de escasos recursos o que viven en situación de riesgo. En Chile, busca apoyar a entidades comunitarias a desarrollar proyectos de valores compartidos con Keren Hayesod, como educación y continuidad judía, liderazgo entre otras. 

Nacido y criado en Venezuela en el seno de una familia judía, Roberto desde pequeño se vio inmerso dentro de la vida comunitaria de su país. Por un lado, su madre era la encargada de prensa de la embajada de Israel en Venezuela, y, por el otro, su padre fue un gran activista del club Hebraica y parte de la comisión de Asuntos Religiosos de la Unión Israelita de Venezuela. 

De esta manera, desde muy pequeño Roberto sintió un interés muy fuerte por fortalecer a través de sus raíces su identidad judía y potenciar su espíritu sionista.

Así, a los 23 años decidió hacer Aliá, donde luego se desarrolló como Ingeniero de Sistemas durante su servicio en las FDI. Una vez recibido el rango de Capitán, reemplazó al Capitán Roni Kaplan como jefe de escritorio para América Latina y África, quedando encargado de la cooperación internacional entre las FDI y los ejércitos de estos países. 

¿Qué significó para ti salir de shlijut con toda tu familia, qué sentiste?

Se me hace difícil describirlo. Este año ha significado un gran desafío, con varios cambios y muchos retos. Antes de asumir esta, mi primera shlijut, trabajé por muchos años en mercadeo y ventas de productos muy tangibles. 

Estar ahora a cargo de una fundación que impulsa el trabajo de desarrollo social en Israel, es un gran contraste.

Sin embargo, he estado familiarizado con la labor de Keren Hayesod toda mi vida, desde que vivía en Venezuela. Ahí pude ser testigo de su gran impacto, y en los 18 años que viví en Israel presencié el trabajo que se hace en los diferentes proyectos que lleva KH junto a la Agencia Judía. Desde el apoyo a la Aliá y a los Olim, las Aldeas Juveniles y los programas de apoyo a los jóvenes en situaciones de riesgo, así como las viviendas de Amigour para personas mayores o sobrevivientes de la shoá que llegaron a Israel sin poder adquirir una vivienda y hoy en día viven en viviendas dignas.

Para mi es importante retribuir todo lo que Israel ha hecho por mi y mostrarle a mis hijos el poder de una comunidad.

Allá el sentimiento colectivo es muy diferente, y a pesar de que hay muchos olim de todas partes del mundo, el israelí promedio no piensa en la vida judía fuera de su país. Eso es algo que empezó a cambiar a partir del 07 de octubre.

¿Cómo fue el recibimiento de la comunidad judía chilena?

Nos acogieron muy lindo desde el inicio. Nosotros llegamos justo antes de Pesaj. Aún teníamos muchas cosas embaladas, otras en cajas. No teníamos la casa organizada y nos preocupaba mucho dónde pasaríamos las fiestas. Afortunadamente, dos hermosas familias nos acogieron en su mesa durante ambos sedarim y nos sentimos como en casa.

En general me siento muy cómodo, es una comunidad muy linda. Hemos creado muchas amistades y relaciones significativas, y respecto a mi rol de Sheliaj, la verdad es que la relación con los contribuyentes es bastante cálida y se va fortaleciendo con el tiempo. Cada vez voy conociendo más gente, vienen a la oficina, yo voy a sus casas, se crea un lazo más íntimo donde logramos conectar desde otro punto, me siento realmente bien.

¿Qué te caracteriza como sheliaj?)

Soy una persona que le gusta mucho la gente. 

Me gusta mucho conectar con las personas, y mi trabajo como Sheliaj me da los espacios para hacerlo.

También disfruto mucho de ser parte. Me gusta estar presente en los eventos comunitarios, acercarme a las instituciones, entender en dónde y en qué puedo ayudar más allá. 

¿Sientes que podrías hacer un cambio durante tu shlijut? 

La verdad, espero poder hacer un cambio durante mi Shlijut, llegué con muchas ideas y ganas de generar cambios positivos que ayuden a lograr nuestros objetivos y siento que voy por muy buen camino. No me cabe duda de la importancia y la relevancia que tiene ser Sheliaj de Keren Hayesod en estos momentos para medinat Israel. Creo que todo judío debe autoevaluarse y pensar en lo importante de apoyar a nuestro país en estos momentos. Debemos ser capaces de recrear la historia, de entender en la diáspora que ésta es nuestra segunda guerra de independencia, y que hoy estamos viviendo una guerra que además está siendo avivada por la desinformación.

¿Qué sientes que lograste en tu primer año como sheliaj?

Comenzamos el año en grande, a los cuatro meses de haber llegado a Chile trajimos a una de las cantantes más alegres de Israel, Einat Sarouf, logramos un impacto en las personas, en nuestros contribuyentes. Hicimos un bingo fabuloso en el EIM e hicimos varias charlas de alto nivel. Llegamos a muchos jóvenes y a muchas personas de la comunidad, las reuniones que tuvimos con los contribuyentes en sus casas o en lugares públicos fue algo enriquecedor y una gran oportunidad para conocerlos. Sin embargo el mayor logro fue manejar dos campañas paralelas desde el fatídico 07 de octubre y lograr mover las fibras de la comunidad, explicando en cada oportunidad el impacto que se está logrando en Israel con el dinero recaudado.

El 2023 apoyamos a 20 entidades comunitarias a través de los Fondos Concursables, nos hemos mantenido como uno de los mayores apoyos de FOBEJU y MEF con las becas educativas. 

El pasado año duplicamos la cantidad de contribuyentes, excluyendo a los que aportaron a las campañas masivas, por lo que el 2023 tuvimos la posibilidad de llegar a más gente, lo que me tiene muy contento.

¿Todo el dinero se va a las víctimas del terrorismo o a la rescontrucción? ¿Qué pasa con la ayuda que normalmente da Keren Hayesod Chile?

Bueno, tuvimos dos campañas, en la campaña regular de Keren Hayesod el dinero recaudado va en su mayoría, para los proyectos de la Agencia Judía, el apoyo a la Alía y a los nuevos olim, las cinco aldeas juveniles que albergan jóvenes de poblaciones vulnerables en Israel y les dan una educación formal y un apoyo psicoemocional para que puedan salir adelante, los programas de Masá en todas sus formas, los hogares de Amigour para mayores de 65 años que no pudieron obtener una vivienda propia en Israel, etc. Esa es la prioridad, hay muchos otros proyectos, pero esos son los proyectos que abarcan la mayoría del dinero recaudado anualmente.  

El dinero de la campaña de Emergencia tiene un objetivo diferente, que es ayudar y apoyar a las necesidades inmediatas de la guerra, todos los días jueves desde el inicio de la guerra se reúne un consejo que adjudica los fondos de acuerdo a las prioridades nacionales, casi la mitad del dinero repartido va al fondo de apoyo a las víctimas del terrorismo de la Agencia Judia y Keren Hayesod, que en realidad les da un subsidio inmediato a cada familia afectada para que lo último que tengan que preocuparse es por el dinero. El fondo también activa líneas de apoyo psicológico y centros de resiliencia que dan apoyo de contención a los afectados. Adicionalmente, se han repartido fondos a los consejos regionales del sur para la reconstrucción de infraestructura, a los hospitales del sur como Soroka, Barzilay y Samson Assuta, a muchas ONG ́s pequeñas que hacen trabajos importantes, desde la fundación Ayalim que hacen actividades a los chicos desplazados en los hoteles, hasta Hatzalah y otras. La necesidad es enorme, uno desde aquí no se puede imaginar la situación que se vive en Israel. 

¿Te imaginaste que tu primer año como Sheliaj sería así?

Nos preparamos para muchos escenarios, incluso escenarios de emergencia porque conocemos la realidad de Israel y cada cierto tiempo hay ataques en Israel, es un país en constante conflicto, pero creo que nadie estaba preparado para un escenario tan horrible, a un ataque tan atroz en el sur del país, y los que vimos imágenes de lo sucedido entendemos la magnitud de los hechos. No me imaginé en ningún momento cuando asumí esta Shlijut que mi vida cambiaría tan radicalmente y que me iba a encontrar a miles de kilómetros de Israel luchando tan fuertemente por mi patria.

Sabemos que nadie está preparado para vivir algo así (guerra), ¿qué pensaste cuándo esto pasó y qué fue lo primero que hiciste?

Yo estaba justamente de vacaciones con mi familia cuando partió la guerra, me desperté a las 4 am con un trueno y me senté en la cama con el corazón acelerado y lo primero que hizo mi esposa fue tranquilizarme de que no era una bomba. Sin embargo nos sentamos en la cama y lo primero que hicimos fue ver el teléfono y ahí vimos lo que pasaba en Israel, ese episodio me despertó pesadillas de mis misiones como equipo de primer frente en los kibutzim cercanos a Gaza y eso me hizo sentir una cercanía inmensa con lo que sucedía. Tuve varias semanas durmiendo muy mal, pero canalicé mis energías en el trabajo y sentí que a diferencia de mucha gente que se sentía de brazos cruzados, yo podía hacer un cambio. Luego me escribieron de la unidad en donde hago reserva para saber si quería y podía apoyar en la coordinación internacional y les expliqué que mi miluim lo estaba haciendo en Chile.

Yo siento que este es mi miluim, mi reserva, en 18 años que viví en Israel nunca sentí que Israel me necesitara tanto y que pudiera ser yo un factor de cambio.

¿Cuéntanos cómo fue para ti llevar adelante la Campaña de Emergencia?

Fue un reto enorme, pero gracias a D-os contamos con un equipo súper profesional en la oficina que trabajó maravillosamente y al que le tengo que agradecer enormemente por su convicción y su dedicación, porque tuvimos que trabajar rápida e intensamente. Tratamos de estar en todos los eventos y de organizar eventos por nuestra parte también. Por otro lado contamos con un directorio de muy alto nivel que también nos apoyó en todo, Jaco Leopold, nuestro Presidente de Campaña y Karen Pupkin, Presidente de la División Femenina no dudaron ni un minuto en tomar un avión a pesar de los riesgos y viajar a Israel a ver las necesidades, los poblados del sur, a reunirse con los familiares de los secuestrados y a traer noticias. Tratamos de difundir la mayor cantidad de información posible sobre lo que ocurría en Israel y a dónde se estaban enviando los fondos. Fue realmente una etapa muy compleja.

¿Cómo viste y cómo ves la ayuda de los contribuyentes ante esta tragedia?

Creo que yo tengo el privilegio de estar en una posición, en la que veo la solidaridad y la unión del pueblo judío, veo el apoyo de las diferentes comunidades del mundo, pero ví el apoyo y la solidaridad de la comunidad judía de Chile. 

Las personas nos llamaron desde el primer minuto para contribuir, para ser parte y para decir “aquí estamos”.

Por otro lado prácticamente todas la instituciones lanzaron una campaña de apoyo a Israel, el Instituto Hebreo realizó una campaña espectacular que invitó a toda la comunidad a participar y llegaron a una suma histórica, el EIM hizo un día de actividades por Israel y todo lo recaudado fue para la Campaña de Emergencia, el CIS nos invitó a un Jalatón por Israel, AISH hatoráh nos invitó a un rezo por Israel muy profundo en el cual tuve la oportunidad de dar unas palabras, la comunidad Sefaradí y el EIM donaron todas las ganancias de Berlín en Buenos Aires, la NBI nos apoyó con varias actividades, la Bnei Brith también nos apoyó, no puedo mencionarlas a todas pero tuvimos un gran apoyo comunitario.

¿Qué pasa ahora, la Campaña de Emergencia continúa?

La Campaña de Emergencia continúa, la guerra aún está muy lejos de terminar y cada día las necesidades son mayores, siguen habiendo ataques terroristas en Israel, como el que hubo en Raanana, y seguimos necesitando el apoyo de todos. No podemos dejar de apoyar, Israel es una fortaleza que nos contiene como pueblo, es un refugio, y como dije anteriormente y citando a Neomi Shemer “Al Hadvash ve’al Ha’oketz”, con la miel y con la espina, es nuestro país.

¿Qué mensaje le das a la Comunidad Judía de Chile?

Primero, que mantengan la unidad y la solidaridad, que sigan participando en las actividades que se realizan por Israel, que sigan interesándose en las noticias de Israel. Pero también que aporten, que nos ayuden a hacer el cambio, que los que puedan dar otro poquito más hagan un esfuerzo y lo den por Israel, que los que no puedan dar una suma grande lo hagan y los que pueden dar una suma pequeña también, pero que no dejen de apoyar porque realmente hay gente que la está pasando muy mal. Creo que todos podemos dar algo, cada uno desde sus posibilidades y juntos realmente podemos hacer un cambio.